El psicomago rockero

Las apariencias engañan. En el caso deLuis Pardosucede con su arte -lo llama «psicomagia»- y con su aspecto. Pasaría por rockero -rapado y con patillas, tatuajes,piercingsy uñas negras-, pero le dio por ilusionar al público «haciendo posible lo imposible». EnDeseos, su nuevo espectáculo en el Apolo, asombra con un variado repertorio de apariciones, adivinaciones, escapismo... «Es unshowdigno de Las Vegas, de gran formato, sobre los deseos», dice el mentalista, que lleva 15 añosjugandocon la energía del más allá.

«La psicomagia es la magia del siglo XXI porque hace un siglo un artista sacaba una paloma y la gente pensaba que había creado vida de la nada; hoy sabe que está escondida. Pero se sorprende si adivinas cosas», dice.Pardoha sorprendido incluso a sus colegas más allá de sus habilidades. Su imagen no encajaba en un mundo de frac y chistera. «Al principio me cerraron las puertas de los congresos y festivales, muy clásicos. Ahora no tanto y me permite abrir elshowa un público más variado».

CANTANTE / Le gustaría leer la mente deTim Burtony solo pretende «emocionar como un cantante de rock». De no haber sido mago, eso precisamente sería, un rockero de los 50 como su admirado Elvis (lleva tatuado un símbolo deEl Rey, además del anillo de casado, signos tribales y una imagen juvenil de su guapísima abuela). Ha aprovechado las dotes musicales para la banda sonora deDeseos(canta en un vídeo proyectado), que ha editado en vinilo.

Pardo, que fuera de escena ejerce el hipnotismo para superar fobias y en «la consulta del dentista», informa: el público puede llevarse 10.000 euros en uno de los juegos. Y él no engaña: «Todo tiene su secreto. Yo no tengo poderes». Pero algunos lo piensan. «Una mujer me dijo: 'Tú sí que tienes poderes aunque no lo quieras decir. ¡Podrías tapar el agujero de la capa de ozono!».