El nuevo Girona no ha cambiado

Con medio equipo nuevo, el Girona sigue siendo el mismo equipo que asombró en la pasada campaña. Independientemente del resultado, un punto satisfactorio en el campo del Betis por el frenesí del final del partido, que pudo decantar la victoria para cualquier lado. Le supo a poco, seguramente, al Girona, que acabó instalado en la mitad de campo verdiblanca y gozando de las mejores ocasiones después de un tiro de Chimy Ávila al palo y otros disparos a las nubes de los béticos.

Un joven neerlandés atento de 19 años reparó el error de un neerlandés veterano descuidado de 34 años, protagonistas ambos de los dos goles. Daley Blind perdió la pista de Marc Bartra en el primer córner del encuentro que permitió adelantarse al Betis y Gabriel Misehouy se coló con sigilo para colocar los cimientos de una remontada que no se produjo en el correcalles típico del primer partido de competición en el que corre más la cabeza que las piernas.

La misma defensa

Anda en reconstrucción el Girona, sobre todo a partir del centro del campo, pero conserva las señas de identidad del equipo ambicioso que rompió techos la pasada campaña. Apenas era reconocible únicamente medio equipo: la retaguardia, con Gazzaniga y la defensa titular. A partir de Yangel Herrera, los demás eran nuevos. Pero la mano que guía al equipo es la misma. Los mecanismos practicados en los entrenamientos permitieron en todo momento la salida ofensiva, sobre todo por las bandas, que tanto preconiza Míchel Sánchez.

Romeu no es Aleix Garcia y desde esa diferencia el equipo tendrá que interpretar las pautas de su nuevo y antiguo mediocentro, más dotado para la contención que para la construcción. Con menos pase, peor desplazamiento y miras más cortas, Yangel ha de codificar a su pareja e Iván Martín, por el centro, tendrá que adaptarse y conocer, a la vez, a Bryan Gil y Abel Ruiz. El ariete, igual que Miguel, han pasado en una semana de jugar en la España olímpica a estrenarse con el Girona sin haber participado en ningún ensayo previo. No será un proceso inmediato. Si no juegan los recién llegados serán otros:los Van de Beek, Misehouy, Miovski, anunciado ayer, o los futuros centrocampista, extremo y delantero que ha pedido Míchel.

Abel Ruiz y Miguel han pasado en una semana de jugar en la España olímpica a estrenarse con el Girona sin haber participado en ningún ensayo previo.

De lateral a ariete

Se proyectó bien el Girona hacia adelante, antes y después del gol que tan pronto encajó, en un córner en el que Bartra se zafó de Blind gracias a los movimientos estratégicos. La mayor novedad del Betis, insuficiente para alterar su estabilidad, es la insólita reconversión de Aitor Ruibal, que ha pasado de ser el lateral derecho al delantero centro. Una responsabilidad mayor. Más fácil le resultó la reformulación de extremo a lateral, cambio operado también en el Betis. El fantástico pie de Fekir sobresale más en el equipo verdiblanco que ha perdido algunos niveles de calidad con las bajas.

A Pellegrini le complació el primer tiempo, pero a Michel le irritó profundamente, y en el descanso hizo la primera tanda de cambios. Fueron tácticos: adelantó a Miguel a la mediapunta reduciendo la nómina de defensas a tres y potenció la salida de Blind. Luego fueron humanos: retiró a Portu, un revulsivo que no tuvo peso de titular, y a Romeu, que todavía no es quien fue, y a Yangel Herrera a continuación. 

La muchachada revolucionó el juego imprimiendo una marcha más. Iker Almena aceleró las incursiones por la banda derecha que habían perdido gas con el pitado Gil por su pasado sevillista y al desconocido Misehouy nadie lo detectó con todos los ojos siguiendo al canterano cuando se coló en el área. La segunda vez le pillaron e interceptaron su remate.