COPA LIBERTADORES

Boca Juniors: cómo llegar a la final de la Libertadores sin ganar un partido

El equipo argentino luchará por el título ante el Fluminense tras empatar los seis partidos y superar tres tandas de penaltis de las eliminatorias

Edinson Cavani y Sergio Romero celebran la clasificación para la final de la Libertadores.

Edinson Cavani y Sergio Romero celebran la clasificación para la final de la Libertadores. / Sebastiao Moreira / Efe

Joan Domènech

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De empate en empate hasta la victoria (o derrota) final. A la última estación de la Copa Libertadores llegó el Boca Juniors, con un insólito trayecto en el que no ganó ningún partido en las tres eliminatorias. Con seis empates se plantó en el choque culminante de las competiciones americanas de clubs, que se jugará este sábado en el estadio más mítico de todos: Maracaná. El rival es brasileño, de Río de Janeiro, que se sentirá como en casa: el Fluminense.

El camino del Boca cobrará categoría de heroicidad si termina con la conquista del título. A nadie de los 'xeneizes' importará que se obtenga mediante el séptimo empate y la cuarta tanda de penaltis, que ha sido el medio por el que el once de Jorge Almirón se ha plantado en la final. Sería el séptimo título de la Libertadores e igualaría el récord del Independiente, con siete trofeos, el último en 1984. El Fluminense no tiene ninguno y sólo puede recordar una final perdida en 2008.

Palmeiras - Boca Juniors Los jugadores del Boca Juniors celebran el pase a la final de la Copa Libertadores.

Los jugadores del Boca Juniors celebran el pase a la final de la Copa Libertadores. / Sebastiao Moreira / Efe

Sergio 'Chiqui' Romero ha parado 6 penaltis de los 11 que le han lanzado.

Un nombre para la gesta

De la mediocridad de los seis empates y la excelencia de las tres tandas superadas sólo emerge un nombre común en todas las eliminatorias: el del portero. El de Sergio Romero, 'Chiquito', 'Chiqui', para los amigos por sus medidas: 1,92 m. y 88 kg., compañero de quinta de Lionel Messi con quien ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín (2008) y lloró los subcampeonatos del Mundial-2014 y las Copa América de 2015 y 2016. Lionel Scaloni le privó de la gloria del Mundial de Qatar al confiar en Emiliano Martínez -otro consumado 'parapenaltis'-, Franco Armani y Gerónimo Rulli.

Romero se ha reivindicado, o se ha desquitado si lo sentía así, en la Libertadores con sus intervenciones decisivas en cada eliminatoria después de que el equipo terminara primero la liguilla de su grupo (F). Al empezar los cruces decisivos, Boca empató dos veces con el Nacional de Montevideo (0-0 y 2-2) en octavos, pero se impuso en la tanda (4-2), con dos penaltis parados por el gigantesco Chiqui.

FBL-LIBERTADORES-PALMEIRAS-BOCA Romero para un penalti en la semifinal frente al Palmeiras

FBL-LIBERTADORES-PALMEIRAS-BOCA Romero para un penalti en la semifinal frente al Palmeiras / Michel Schincariol / AFP

La diversión de los penaltis

Mayor aún se hizo el guardameta ante los argentinos del Racing de Avellaneda (doble 0-0) con dos nuevos penaltis desviados (4-1) y, finalmente, en la semifinal con el Palmeiras (0-0 y 4-2), con otro par de intervenciones decisivas. Once penaltis le han lanzado y seis ha detenido Romero, que ha convertido el beso en el guante izquierdo en una suerte de imagen icónica. "Se besó el anillo de casamiento en cada tapada, es un amor mi marido", interpretó Eliana Guercio, la orgullosa esposa de Sergio Romero.

El Boca ha lanzado 14 penaltis y sólo ha fallado dos: Guillermo Fernández y Edinson Cavani.

"Es lindo. Tengo 36 años y estoy en un momento en el que me gusta divertirme", explicó el meta sobre el césped del Allianz Parque de São Paulo, el feudo del Palmeiras, tras sentenciar el pase a la final.

"Cuando vamos a los penales, es como una diversión para mí, estoy contento", añadió, tras ser estrujado por sus compañeros. Especialmente por Edinson Cavani, ocho días mayor que él (el delantero nació el 14 de febrero de 1987 y el portero, el 22 de febrero del mismo año), y que falló el primer penalti de Boca. Reparó rápido el error del uruguayo al desviar inmediatamente los de Veiga y Gómez para encarrilar el triunfo.

Palmeiras - Boca Juniors. Sergio Romero se besa el guante tras parar un penalti al Palmeiras.

Palmeiras - Boca Juniors. Sergio Romero se besa el guante tras parar un penalti al Palmeiras. / Isaac Fontana / Efe

El Fluminense llega a la cita invicto en las eliminatorias: cuatro triunfos y dos empates.

La holgura del Fluminense

Los 'bosteros' han lanzado 14 en las tres tandas, y sólo han fallado dos. El otro error fue de Guillermo Fernández, el capitán, en la eliminatoria ante el Nacional. Acertó en el último de la tanda ante el Palmeiras. De ahí que Romero también se divierta en los penaltis: por los que detiene él y por los que transforman sus compañeros.

El trayecto del Fluminense ha sido bastante más decoroso. El equipo brasileño fue campeón de grupo, con mejor diferencia de goles que el River Plate, y en las eliminatorias se deshizo del Argentinos Juniors en octavos, del Olimpia de Paraguay en cuartos y de sus compatriotas del Internacional de Porto Alegre en la semifinal. Únicamente empató dos encuentros y se impuso en los otros cuatro. La final se disputa en Río, su ciudad, en Maracaná. Asaltar la sede del fútbol brasileño es el aliciente final, definitivo, para los argentinos.