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Artículo de Marc Menchén: Manchester City vs PSG: parecen lo mismo, pero no

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UEFA Champions League - Manchester City vs Real Madrid

UEFA Champions League - Manchester City vs Real Madrid / ADAM VAUGHAN

Marc Menchén

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El Manchester City jugará su segunda final de Champions League en cinco años. El Paris Saint-Germain (PSG) siempre ha caído en octavos. Los ingleses tienen una estrategia bien definida para consolidarse como marca principal de un holding de clubes que aún debe demostrar su viabilidad. Los franceses parecen un proyecto fallido incapaz de consolidarse en la élite europea si no es artificialmente. Y esa es la principal diferencia -de varias- entre dos proyectos cuyo origen es casi idéntico.

La primera, los 'petrodólares'. El PSG fue adquirido en 2011 por Qatar y ha cubierto ampliaciones de capital por 511 millones. Abu Dhabi tomó en 2008 las riendas del City, al que ha inyectado más de 1.000 millones para tapar pérdidas. La segunda, la de patrocinadores 'in house'. PSG y City tienen ambos como patrocinador principal a la aerolínea oficial de sus emiratos (Qatar Airways y Etihad). Qatar llegó a pagar 215 millones al año en patrocinio turístico a los parisinos y lo rebajó a 145 millones tras investigar la UEFA, si bien se considera que es un precio desorbitado para la repercusión que tiene. La filtración de 'Football Leaks' reveló patrocinios a demanda de marcas de Abu Dhabi al City para cuadrar las cuentas, algo que hoy investiga la Premier League.

Sin estas dos similitudes, hoy sería imposible que estos dos clubes hubieran alcanzado la élite por sus propios medios. Y aquí entran las diferencias y por lo que, en cierto modo, pienso que el City tiene más futuro que el PSG. Empezando porque los primeros eligieron la liga de fútbol con más ingresos y mayor audiencia a nivel mundial, lo que ha reducido la dependencia de la propiedad para contar con presupuestos mayores. Los segundos están en la quinta liga por ingresos y escasa internacionalización.

Ferran Soriano ha ampliado la red de clubes del City a 10 países, porque como modelo de negocio tiene más sentido a largo plazo. En lo deportivo, construir una red global de jóvenes talentos formados con un mismo método le da la ventaja de ofrecer varias salidas profesionales y potencialmente ahorrar en fichajes. En lo comercial, le ha dado una plataforma de activación de patrocinios sobre el terreno en varios países que suman al impacto global del City, algo que el resto no tiene.

Y, por último, la validación del mercado. Pese que el holding sigue perdiendo dinero y el City ya gana -habría que analizar cómo se reparten los costes de estructura-, lo cierto es que fondos como China Media Capital y Silverlake han invertido 810 millones a que los 'citizen' son un proyecto ganador. Lo son ya en lo deportivo y el entretenimiento, pero le queda camino en lo económico.

¿Cuánto costará a partir de ahora crear una SAD?

Cualquiera que monte un negocio sabe que el capital social mínimo con el que deberá registrar la nueva empresa es de sólo 3.000 euros. Un obstáculo relativamente accesible, que se complica cuando de lo que hablamos es de construir una sociedad anónima deportiva (SAD), especialmente si lo que se quiere es competir en la élite del deporte español. Ahí, la aporta inicial es muy superior y, con el tiempo, cada vez ha ido a más. Síntomas de que también el negocio potencial es mucho mayor.

El encargado de establecer este capital mínimo es el Consejo Superior de Deportes (CSD), que históricamente ha utilizado una misma fórmula matemática para marcar el importe a los equipos que acceden a LaLiga y la ACB. Además, este año se ha introducido la novedad de la Liga F, al tener ya la consideración de liga profesional.

Ahí, los clubes independientes ya saben que deberán poner 269.307 euros como mínimo si quieren pasar a operar como empresa y atraer inversores. La cifra sube a 2,09 millones en ACB y 4,93 millones de euros en LaLiga.

Todo un dolor de cabeza para equipos pequeños que llegan a la élite por su buen trabajo deportivo y no por contar con un respaldo accionarial detrás. De ahí que, con criterio, se haya anulado la obligación de ser SAD por decreto.