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La hora mágica, cuando la luz del sol se reflejaba en los cristales del edificio al otro lado de la plaza y entraba en el vestíbulo del Comedia.
Escenas inéditas
Los fotogramas ocultos del cine Comedia
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La hora mágica, cuando la luz del sol se reflejaba en los cristales del edificio al otro lado de la plaza y entraba en el vestíbulo del Comedia.
2
El despacho del jefe de mantenimiento, en el más profundo sótano.
3
Una película cambia de sala de proyección y, por suerte, las bobinas son como una rueda.
4
Los túneles del Comedia, que desembocan a veces en el alcantarillado.
5
Los sistemas de refrigeración, bajo las salas.
6
Sala 4, que hasta 1995 fue el restaurante, del que quedan como vestigio las ventanas de colores.
7
La Sala 3.
8
Un almacén del sótano, una suerte de bazar de todas las épocas del edificio, salvo la residencial.
9
El sótano bajo el sótano, con restos de los plafones que en los 70 se utilizaban para anunciar las películas.
10
El segundo Club Cien Comedia, cerrado y congelado en el tiempo desde 2002.
11
La sala de proyección de la Sala 3.
12
La taquilla de Víctor Baldoví, de la que Sherlock Holmes podría deducir cuántos años estuvo empleado allí por la marca del roce de las llaves.
13
Relieve de la comedia, en el techo de la Sala 1.
14
Relieve de la tragedia.
15
El antiguo botiquín del teatro Comedia, en el que no faltaba ni siquiera láudano.
16
Manual de emergencias médicas, de los años 40.
17
Un sofá de los años teatrales.
18
El paseo de Gràcia y la Gran Via, desde la azotea del Comedia.
19
La Gran Via, vista a través de una ventana del edificio.
20
El almacén de los sótanos, con tesoros del cine, del antiguo teatro y hasta del restaurante de lo que después fueron las salas 4 y 5.
21
La Sala 1, vista desde lo más alto del edificio, un lugar inaccesible para el público.
22
El antiguo palco de la Sala 1, a finales de los 90, con sillas móviles heredadas del antiguo teatro.
23
Año 2002, la Sala 1 en plenas obras de reforma.
24
Gafas 3D, de la mejor tecnología, de cristal líquido y cada una de ellas con su propia batería.
25
Fotograma quemado, afortunadamente solo uno, una ventaja del paso del acetato al poliéster, que podía desencadenar un incendio a lo 'Cinema Paradiso'.
26
Invertida, como corresponde, la imagen atraviesa la ventanilla de proyección.
27
Detalle de una pantalla, sí, perforada, para evitar que el sonido de los altavoces situados tras ella deforme la imagen y llegue nítidamente a la sala.
28
Las palomitas sobresalen de la olla, un clásico.
29
Pellícula caída, un accidente indeseado que solía resolverse sin que afectara al público.
30
El pasado y el presente del cine: dos películas, una de 35mm y otra digital, a la espera de ser subidas a la sala.
31
Una delgada línea separa la realidad de la calle del mundo de los sueños.
32
Entradas, que debían guardarse varios meses por si era necesario cotejar las ventas.
33
El cine digital tiene también sus averías: los espectadores escuchan los diálogos sobre una pantalla en verde., pantalla en verde.
34
Final de una jornada. Toca desmontar la película y reacomodarla en las bobinas.
35
Varias cajas con películas de tráilers.
36
El autor de las fotos, en su faceta de proyeccionista.
37
Un detalle del proyector de la Sala 5.
38
Una de las inaccesibles ventanas de la parte superior del Comedia, con detalles que recuerdan su pasado como teatro.
39
La firma del arquitecto que restauró el edificio en 1995.
40
El autor de las fotos, en esta ocasión como taquillero.
41
Víctor Baldoví une en una única bobina los cinco o seis rollos de una película.
42
Reliquias del cine y el teatro en un desván de la parte alta del edificio.
43
Guiño a los espectadores con motivo del estreno de una película de zombis.
44
A veces las películas parece que maridan a la perfección (uno).
45
A veces las películas parece que maridan a la perfección (dos).
46
Día de tormenta, cuando el cine pasaba a ser un lugar en el que guarecerse.
47
El final de la película que nunca deseaban ver los empleados del cine.
48
Los espectadores, en el papel de cineastas con su móvil, por la presencia de Richard Gere en un estreno.
49
Víctor Baldoví.
50
El autor de las fotos, en el vestíbulo, en distintas horas del día.
51
Los desconocidos leones del Comedia.
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El despacho del jefe de mantenimiento, en el más profundo sótano.
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Una película cambia de sala de proyección y, por suerte, las bobinas son como una rueda.
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Los túneles del Comedia, que desembocan a veces en el alcantarillado.
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Los sistemas de refrigeración, bajo las salas.
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Sala 4, que hasta 1995 fue el restaurante, del que quedan como vestigio las ventanas de colores.
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La Sala 3.
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Un almacén del sótano, una suerte de bazar de todas las épocas del edificio, salvo la residencial.
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El sótano bajo el sótano, con restos de los plafones que en los 70 se utilizaban para anunciar las películas.
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El segundo Club Cien Comedia, cerrado y congelado en el tiempo desde 2002.
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La sala de proyección de la Sala 3.
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La taquilla de Víctor Baldoví, de la que Sherlock Holmes podría deducir cuántos años estuvo empleado allí por la marca del roce de las llaves.
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Relieve de la comedia, en el techo de la Sala 1.
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Relieve de la tragedia.
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El antiguo botiquín del teatro Comedia, en el que no faltaba ni siquiera láudano.
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Manual de emergencias médicas, de los años 40.
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Un sofá de los años teatrales.
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El paseo de Gràcia y la Gran Via, desde la azotea del Comedia.
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La Gran Via, vista a través de una ventana del edificio.
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El almacén de los sótanos, con tesoros del cine, del antiguo teatro y hasta del restaurante de lo que después fueron las salas 4 y 5.
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La Sala 1, vista desde lo más alto del edificio, un lugar inaccesible para el público.
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El antiguo palco de la Sala 1, a finales de los 90, con sillas móviles heredadas del antiguo teatro.
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Año 2002, la Sala 1 en plenas obras de reforma.
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Gafas 3D, de la mejor tecnología, de cristal líquido y cada una de ellas con su propia batería.
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Fotograma quemado, afortunadamente solo uno, una ventaja del paso del acetato al poliéster, que podía desencadenar un incendio a lo 'Cinema Paradiso'.
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Invertida, como corresponde, la imagen atraviesa la ventanilla de proyección.
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Detalle de una pantalla, sí, perforada, para evitar que el sonido de los altavoces situados tras ella deforme la imagen y llegue nítidamente a la sala.
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Las palomitas sobresalen de la olla, un clásico.
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Pellícula caída, un accidente indeseado que solía resolverse sin que afectara al público.
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El pasado y el presente del cine: dos películas, una de 35mm y otra digital, a la espera de ser subidas a la sala.
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51
Una delgada línea separa la realidad de la calle del mundo de los sueños.
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51
Entradas, que debían guardarse varios meses por si era necesario cotejar las ventas.
33
51
El cine digital tiene también sus averías: los espectadores escuchan los diálogos sobre una pantalla en verde., pantalla en verde.
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Final de una jornada. Toca desmontar la película y reacomodarla en las bobinas.
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Varias cajas con películas de tráilers.
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El autor de las fotos, en su faceta de proyeccionista.
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Un detalle del proyector de la Sala 5.
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51
Una de las inaccesibles ventanas de la parte superior del Comedia, con detalles que recuerdan su pasado como teatro.
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La firma del arquitecto que restauró el edificio en 1995.
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El autor de las fotos, en esta ocasión como taquillero.
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51
Víctor Baldoví une en una única bobina los cinco o seis rollos de una película.
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Reliquias del cine y el teatro en un desván de la parte alta del edificio.
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Guiño a los espectadores con motivo del estreno de una película de zombis.
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A veces las películas parece que maridan a la perfección (uno).
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A veces las películas parece que maridan a la perfección (dos).
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Día de tormenta, cuando el cine pasaba a ser un lugar en el que guarecerse.
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El final de la película que nunca deseaban ver los empleados del cine.
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Los espectadores, en el papel de cineastas con su móvil, por la presencia de Richard Gere en un estreno.
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Víctor Baldoví.
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51
El autor de las fotos, en el vestíbulo, en distintas horas del día.
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Los desconocidos leones del Comedia.