Muere un hombre al caer del célebre y abrupto acantilado de 'Misión Imposible' en Noruega

Uno de los paisajes más impresionantes de la película 'Misión imposible: Fallout' se ha cobrado una vida: un hombre de 40 años, todavía sin identificar oficialmente pese a que la policía dice estar "razonablemente segura" de quien es, se mató este lunes en el célebre acantilado de Noruega que aparece en la sexta entrega de la saga del espía Ethan Hunt, interpretado por Tom Cruise.

Suspendido en el borde del precipicio y agarrado con solo cuatro dedos para evitar una caída de 604 metros, así presentó el actor el acantilado Preikestolen al mundo. No era ningún doble, sabido es que el artista prescinde de ellos para grabar las escenas de acción. Además, colgó una imagen del hito conseguido en sus redes sociales. Sin hacer 'spoilers' del filme, aquellos segundos colgado en esa pared vertical catapultaron ese lugar a la fama.

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El Preikestolen (púlpito en castellano y llamado así por la forma que tiene) ya era uno de los hitos naturales más importantes del país nórdico, pero la película, estrenada en el verano de 2018, provocó que más turistas visitaran el acantilado, que tiene unas vistas espectaculares al fiordo Lysefjord, en los alrededores de Stavanger.

Ya en 2015, la periodista de la BBC Husna Haq escribió que ese precipicio "podría ser el escenario de cualquier película épica de Hollywood". Sin embargo, no predijo que también sería el de un terrible accidente. La víctima mortal viajaba sola y fue encontrado con su teléfono móvil y unos documentos, explicaron las autoridades noruegas.

"Resbaló y cayó"

La policía investiga el caso como "una caída". "No suponemos que haya ocurrido algo delictivo", explicó Nina Thommesen, abogada de la jefatura del distrito de Sør-Vest. El mismo día del suceso, los agentes interrogaron a dos testigos, incluido uno que vio el incidente. "Explicó que el hombre resbaló y cayó", precisó la letrada.

Se esperaba que la película tuviera un impacto positivo en la zona y en el turismo local, según la organización sin fines de lucro Preikestolen, que trabaja para preservar la zona y mantenerla segura para los visitantes. Sin embargo, en el acantilado reina la masificación durante las temporadas altas de turismo: más de 300.000 turistas realizan cada año la ruta que lleva hasta la famosa formación rocosa.