¿Cómo debe ser el calzado infantil en sus primeros pasos? La evidencia científica tiene la respuesta

Un estudio demuestra que el calzado infantil minimalista genera inestabilidad al niño y le provoca caídas que ralentizan el aprendizaje de la marcha

El calzado juega un papel fundamental a la hora de aprender a andar

El calzado juega un papel fundamental a la hora de aprender a andar / AdobeStock

Rosa Cabrera

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El calzado de nuestros hijos es muy importante. Los zapatos son fundamentales para su correcto desarrollo cuando empiezan a dar sus primeros pasos. Entre los 10 y los 24 meses, durante la fase de aprendizaje de la marcha, los bebés reciben numerosos estímulos sensitivos a través de la planta del pie que les ayudan a desarrollar la habilidad para caminar. 

Esta nueva investigación del Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) pone de relieve la importancia de la evidencia científica a la hora de fabricar un calzado infantil que cumpla con las funciones necesarias en cada etapa de desarrollo infantil, fuera de modas o tendencias. 

El calzado minimalista aumenta la inestabilidad y el riesgo de caídas en los primeros pasos del niño

Primero fue la comunidad ‘runner’ y ahora es el turno del calzado infantil. En los últimos años se ha puesto muy de moda el calzado minimalista, aquel con suela fina pero sin estructura y que, aparentemente, no afecta a la marcha del niño.

La marca de calzado infantil Biomecanics analizó la viabilidad de lanzar una línea que se ajustara a esta tendencia de moda. Ante la falta de estudios sobre esta materia, se encargó al Instituto de Biomecánica de Valencia un estudio que analizara la influencia del calzado en la marcha infantil.  

Pero los resultados no fueron los esperados, puesto que esta investigación pionera desmonta con evidencias científicas los mitos y creencias erróneas sobre los efectos en el desarrollo infantil del calzado minimalista y demuestra que este tipo de calzado aumenta la inestabilidad, lo que provoca más caídas y tropiezos en los primeros pasos de los niños. 

Según el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV), el calzado minimalista para bebés aumenta la inestabilidad a la hora de aprender a andar

Según el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV), el calzado minimalista para bebés aumenta la inestabilidad a la hora de aprender a andar / AdobeStock

Esta investigación del Instituto de Biomecánica de Valencia se ha realizado con una muestra de edades comprendidas entre los 14 y 25 meses, con bebés que llevaban al menos de 1 a 3 meses caminando de forma independiente y estable. Se usaron tallas entre la 19 y la 22 o equivalentes.

El estudio biomecánico, disponible aquí, es un análisis cinemático y dinámico de la marcha que compara los efectos sobre la forma de caminar de los tres tipos de calzado infantil. El convencional, con contrafuerte rígido como estructura. El calzado minimalista, sin estructura. Y el Biogateo, con estabilizador externo como estructura.

El zapato minimalista genera más caídas

La investigación concluye que todos los calzados alteran el patrón de marcha descalzo, pero el calzado minimalista no solo provoca mayor inestabilidad al niño que el calzado convencional o el Biogateo, también aumenta el número de tropiezos y caídas.

"El hecho de ir calzado supone una extensión artificial del pie que el bebé tiene que aprender a gestionar. Si este calzado no presenta una estructura funcional mínima, el niño tendrá que realizar un esfuerzo extra que se traduce en un menor control de la marcha", señalan los autores del estudio.

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Según los datos de la investigación y como conclusión, la necesidad de un calzado con una estructura mínima (que el calzado minimalista no tiene) queda reforzada. La marca recomienda que se debe evitar que el pie se mueva y se genere “el efecto chancla o garra de dedos”, que puede acabar provocando caídas y, además, de retrasar el aprendizaje al hacer que el niño coja miedo.

El calzado más adecuado para esta etapa temprana es el Biogateo, puesto que, además de proteger al niño de entornos no controlados y del frío, tiene una estructura funcional mínima que permite la movilidad del pie y mantiene la estabilidad natural del pie descalzo como la línea Biogateo de Biomecanics.

Zapatos para primeros pasos de Biogateo

El calzado Biogateo de Biomecanics, según las conclusiones del estudio, aporta más estabilidad y control medio-lateral en el contacto inicial del talón y el apoyo del pie sobre el suelo, lo que reduce el riesgo de inestabilidad.

Este tipo de calzado produce una marcha con menor variabilidad en la longitud de paso, disminuyendo el riesgo de caídas. El estudio observó un 0% de caídas con calzado convencional, con Biogateo y descalzo, frente al 7,5% con calzado del tipo minimalista.

El mejor calzado para niños que están aprendiendo a caminar es el Biogateo

El mejor calzado para niños que están aprendiendo a caminar es el Biogateo / AdobeStock

El calzado Biogateo, además, no limita los movimientos articulares del tobillo. Cuando andamos descalzos, el pie presenta poca flexión respecto de la tibia en el contacto inicial, por lo que contacta prácticamente plano. Con un calzado, lo que hacemos es incrementar el rango de movilidad de la articulación del tobillo y rodilla en sus rangos de flexo extensión con respecto a ir descalzo, sin limitar los movimientos articulares.

Todos los calzados reducen la movilidad de la articulación metatarsofalángica respecto al pie descalzo. Por ello, el calzado debe facilitar lo máximo posible esa flexión de la articulación durante los primeros años de aprendizaje de marcha. El calzado Biogateo facilita esa flexión de los metatarsianos y garantiza el cuidado de los pies de los más pequeños.