Fútbol

La UEFA inicia un proceso sancionador contra Rodri y Morata por los cánticos de "Gibraltar es español"

El organismo abre un procedimiento contra los internacionales españoles por violar cuatro artículos de su código de conducta durante la celebración de la Eurocopa

La UEFA inicia un proceso sancionador contra Rodri y Morata por los cánticos de "Gibraltar es español"

EPE

Denís Iglesias

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La UEFA ha anunciado el inicio de un proceso sancionador contra Álvaro Morata y Rodri Hernández, jugadores de la selección española, por el cántico "Gibraltar es español", proferido durante la celebración de la Eurocopa en Cibeles. El organismo argumenta que el nuevo futbolista del Milan y el jugador del Manchester City violaron varios artículos de su código disciplinario.

En concreto, la organización que preside Aleksander Čeferin, cita varios apartados del artículo 11. "Todas las entidades y personas sujetas a este reglamento deberán respetar las reglas del juego, así como los Estatutos, reglamentos, directivas y decisiones de la UEFA, y cumplir con los principios de conducta ética, legalidad, integridad y deportividad", indica el primero de los cuatro apartados que habrían violado Morata y Rodri Hernández.

Satisfacción en la Federación de Gibraltar

El segundo precepto investigado tiene que ver con las "conductas que insulten o violen las reglas básicas de conducta decente". El tercero de los supuestos abordados se refiere a "los que utilizan acontecimientos deportivos para manifestaciones de carácter no deportivo". Finalmente, el cuarto apartado que habrían incumplido los internacionales españoles tiene que ver con "una conducta que desacredita el deporte del fútbol y a la UEFA en particular".

La Gibraltar Football Association (GFA), la primera en denunciar los cánticos que se produjeron en la celebración de la Eurocopa, ha manifestado "su satisfacción por la decisión de la UEFA para abrir un procedimiento disciplinario forman contra Rodri y Álvaro Morata". Para la entidad federativa, el inicio de un procedimiento sancionador "se trata de un primer paso para fijar la ilegalidad del cántico por los motivos que expuso esta organización".

La GFA envió a la UEFA una queja formal el 18 de julio en el que identifica el cántico de "Gibraltar es español" y "los jugadores que lo encabezaron: Rodrigo Hernández Cascante y Álvaro Morata, ambos futbolistas experimentados, con una dilatada carrera a nivel de clubes e internacional". En esta misiva, la federación gibraltareña criticaba que el capitán de la selección "había lucido paradójicamente durante todo el torneo un brazalete con la palabra 'Respeto', contrario a los cánticos que se realizaron en la Plaza de Cibeles ante una multitud de espectadores, incluidos niños".

España se opuso al ingreso de Gibraltar en la UEFA

La carta, que lleva la firma del presidente de la GFA, Michael Llamas, describe cómo Rodri cogió un micrófono y empezó a cantar, "animando a la multitud y a otros jugadores, incluido Morata, a unirse, como se registra en el vídeo del incidente que acompaña a este documento". El capitán de la selección española le recordó a Rodri que pertenece a un club inglés como el Manchester City, pero éste respondió: "No me importa".

Para la GFA, que ha ejercido de estilete de una cuestión política, "la conducta en cuestión es profundamente ofensiva para los gibraltareños, que han ejercido repetidamente sus derechos democráticos para seguir siendo un Territorio Británico de Ultramar. Si bien Gibraltar tiene frontera con España y valora su estrecha relación de cooperación con España y el pueblo español, es y sigue siendo un Territorio Británico de Ultramar".

En su queja, el órgano rector del fútbol de Gibraltar denunció que el cántico negaba su propia existencia como asociación nacional independiente. En este punto cabe recordar que España fue, junto a Bielorrusia, la única asociación que se opuso a la admisión de la Gibraltar Football Association como 54º miembro de pleno derecho de la UEFA. Lo consiguió después de una sentencia del Tribunal de Arbitraje Deportivo y en contra de la Real Federación Española de Fútbol y del Gobierno de España, que en su día amenazaron con retirar a los equipos españoles de las competiciones europeas si se consumaba el ingreso de Gibraltar.

Correos y llamadas ofensivas contra Gibraltar

Debido a la resolución del TAS, el ingreso de la GFA contó con mayoría absoluta. Debido a estos antecedentes, el Gibraltar - España es uno de los partidos prohibidos por la UEFA, junto al Ucrania - Rusia, Armenia - Azerbaiyán y los partidos de Kosovo contra Serbia, Rusia y Bosnia-Herzegovina. En todos los casos, la motivación es política. En 2016, el sorteo de la fase de clasificación para la Eurocopa 2016, realizado a principios de 2014, deparó un enfrentamiento entre España y Gibraltar.

La selección 'llanita' fue finalmente emparejada con Alemania. Volvió a suceder lo mismo en el sorteo de la fase de clasificación para la Eurocopa 2024, donde el cuadro que dirige el uruguayo Julio Ribas, terminó en el grupo de Francia. Los galos vencieron 14-0 en uno de los dos enfrentamientos en lo que fue la goleada más abultada en contra de Gibraltar en su corta historia como federación independiente.

"La conducta de los jugadores españoles, altamente incendiaria, fue profundamente ofensiva para la Gibraltar Football Association. Los futbolistas introdujeron la política en el deporte de modo innecesario y totalmente gratuito, aparentemente sin ningún otro motivo que ofender al pueblo de Gibraltar. Desde entonces no hemos parado de recibir correos electrónicos y llamadas de carácter acosador repitiendo el cántico", insiste la GFA.

La federación también denuncia que "la incitación al odio llegó a los gibraltareños que disfrutaban de una feria de verano al otro lado de la frontera, en la ciudad española de La Línea, donde fueron acosados, intimidados y agredidos al son de un coro con los mismos cánticos. Algunos tuvieron que refugiarse en la seguridad de los controles fronterizos". Finalmente, la GFA señala algunos de los artículos del código de conducta de la UEFA que habían sido violados y que el organismo ha estimado finalmente en un proceso iniciado, pero en el que falta una decisión firme.