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Moda Re-, potencia en la recogida y venta de ropa usada en España y Europa: "Nuestro gran enemigo es Shein"

La tienda más grande, moderna y dinámica de Barcelona de la cooperativa impulsada por Cáritas está en Sant Adrià de Besòs. Visitamos sus instalaciones, enfocadas a dar una segunda oportunidad a lo ya fabricado y a las personas en riesgo de exclusión

Moda Re- lleva la segunda mano a la España vaciada y se alía con los principales espadas del sector

Moda Re-, potencia en la recogida y venta de ropa usada en España

Patricio Ortiz

Laura Estirado

Laura Estirado

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No muy lejos de los escenarios del Parc del Fòrum donde triunfaron hace poco Lana del Rey (Primavera Sound) y Aitana (Share Festival), en la raya imaginaria del mapa que separa Barcelona de Sant Adrià de Besòs y junto al mastodóntico y recién inaugurado hotel Tembo, nuevo baluarte de cuatro estrellas que corona y protege los bloques más antiguos de La Mina, allí mismo, se ubica la tienda más grande de toda la provincia de Moda Re-, la cooperativa de iniciativa social sin ánimo de lucro impulsada por Cáritas que se dedica a la gestión completa del círculo de la ropa usada: recogida, preparación para la reutilización y reciclaje, donación social y venta.

A ras de calle, el transeúnte solo ve un edificio de dos plantas (aunque tiene otra en el subsuelo) con grandes escaparates donde varios maniquís exponen lo mejor de la colección de la tienda. Es junio, y tocan vestidos de manga corta, bermudas y camisas de lino, y conjuntos fresquitos para los peques.

En total 10.000 metros cuadrados, que también albergan oficinas, una escuela de hostelería y un restaurante y cafetería, así como otras aulas donde se da formación a personas en riesgo de exclusión social, que aprenden un oficio durante una estancia de 6 meses a tres años, y que, en más de un 60% de los casos "salen con un empleo fijo", cuenta Albert Alberich, director de Moda Re-, líder en España de la recogida y preparación de residuo textil, y una de las más potentes de Europa.

Antes de que existiera la responsabilidad ampliada del productor (RAP), que a partir del 1 de enero de 2025 obligará a las empresas del sector a recoger los textiles por separado para su reutilización y reciclaje, y antes de que comprar segunda mano fuera, como es hoy día, sinónimo de ser moderno y 'cool', la ropa usada era sinónimo en España de caridad y pobreza.

Dos trabajadores de Formació i Treball clasifican la ropa en las instalaciones de Sant Adrià de Besòs.

Dos trabajadores de Formació i Treball clasifican la ropa en las instalaciones de Sant Adrià de Besòs. / PATRICIO ORTIZ

Pioneros del reciclaje

Es desde entonces que Alberich se dedica al reciclaje de ropa. Primero, liderando la fundación Formació i Treball, y desde marzo de 2020, Moda Re-, que además de englobar a la citada institución, suma otras 50 empresas de inserción promovidas por distintas Cáritas Diocesanas de toda España, que representan 1.400 puestos de trabajo, más de la mitad, personas en riesgo de exclusión social que al final acaban accediendo al mercado laboral.

"A finales de los años 80, entendieron que esa ropa que se llevaba a las parroquias, que cada vez era de mejor calidad y en más volumen, podía servir para crear puestos de trabajo. Y ahí nacen los primeros proyectos. En 1992 ve la luz Formació i Treball, con el primer objetivo de crear puestos de trabajo precisamente para las personas que eran beneficiarias de esa entrega de ropa, dignificar la entrega social y, por último, dar el mejor tratamiento a la ropa para que pueda volver a tener una segunda vida".

Soluciones sostenibles

Hoy esto de la reutilización de las prendas está a la orden del día y gigantes del sector, como Zara, se devanan los sesos buscando soluciones de moda más sostenible y menos contaminante. Así, por ejemplo, a principios de año, el buque insignia de Inditex se alió con la empresa química BASF para presentar una parka hecha 100% con residuos textiles y, a pesar de su precio, se vendió como rosquillas; señal del interés del público por estos productos.

Precisamente, el grupo Inditex, además de Mango, Decathlon, Corte Inglés e Ikea, así como otras muchas marcas más pequeñas, colaboran con Moda Re- como 'partners' estratégicos: "nos traen la ropa que la gente dona en sus tiendas, así como excedentes de 'stocks', prendas, calzado y accesorios con alguna pequeña tara. Por ejemplo, en el caso de los zapatos, envían pares desparejados pero que están completamente nuevos", nos explica María Cañedo, responsable de la división de retail de Formació i Treball.

El sótano de la tienda de Moda Re- de Sant Adrià tiene 2.500 metros cuadrados llenos de pilas de cajas de cartón, toneladas de donaciones de las citadas empresas (aunque solo representan el 10% de lo que se vende en tienda), y, sobre todo, de lo que se recoge a través de la red de contenedores sensorizados [con un pionero sistema láser que avisa cuando están llenos] distribuidos por las 90 ciudades de la Península y Baleares que abastecen las más de 170 tiendas que Moda Re- tiene por todo el territorio (28 en Barcelona provincia y unas 40 en toda Catalunya), sin contar 'corners' en supermercados Alcampo. 

"Actualmente recogemos más de 44 millones de kilos de ropa al año, que son como 150 millones de prendas. Es más del 40% de toda la ropa que se recoge [Humana, por ejemplo, otra cadena histórica y muy potente en segunda mano, ronda el 18%]. O sea, somos el mayor operador de España y uno de los mayores del sur de Europa", observa Alberich, quien se queja de que los ayuntamientos no quieran poner más contenederos en la vía pública.

Almacén de las instalaciones de la cooperativa de gestión ropa usada Moda Re-, en Sant Adrià de Besòs.

Almacén de las instalaciones de la cooperativa de gestión de ropa usada Moda Re-, en Sant Adrià de Besòs. / PATRICIO ORTIZ

Falta de contenedores

"Si en una gran ciudad obligamos a una persona con la voluntad de donar a desplazarse 500 o 600 metros por una carencia de contenedores, así no ayudamos al ciudadano. Una distribución adecuada de contenedores pasaría de dos kilos y poco en España a acercarnos a casi los cuatro kilos de Francia", asegura el director.

Aun así, el trabajo es intenso en el subterráneo de la tienda. "Se clasifica la ropa por sexos, mujer, hombre, infantil..., aunque cada vez llega más unisex -cuenta Cañedo-. También separamos por temporada, verano, invierno o fiesta... No lavamos las prendas, porque eso encarecería su precio, pero sí que se higienizan y ozonizan. Luego, arriba en la tienda se sigue la misma clasificación, pero en lugar de tallas se usan colores, ya que el tallaje varía mucho de una marca a otra".

La tienda de Sant Adrià es un espacio enorme, luminoso y con una decoración y ambiente modernos, "y sin malos olores, para acabar con la vieja estigmatización de las tiendas que antaño vendían ropa de segunda mano, que se decía que era ropa de pobres", relata Alberich. "Tampoco somos un 'outlet', pero se encuentran oportunidades a partir de 1 euro, aunque el precio medio ronda los 6", añade Julien Blanché, responsable de la unidad de tienda.

Inditex es una de las grandes empresas del sector cuyas donaciones se venden en las tiendas Moda Re-.

Inditex es una de las grandes empresas del sector cuyas donaciones se venden en las tiendas Moda Re-. / PATRICIO ORTIZ

Público muy amplio

Este especialista, que antes trabajó en marcas como Desigual y Levi's, asegura que el consumidor de segunda mano ha cambiado muchísimo: "Ya no es la mujer de 35 a 60 años que venía para llenar un carro para vestir a toda la familia. Desde la crisis de 2008, un nuevo público comenzó a entrar en nuestras tiendas. Es desde entonces cuando quisimos mostrarnos de una forma más atractiva para un consumidor más amplio".

"Cada vez viene a comprar gente más joven, concienciada con la sostenibilidad y la reutilización, aunque nuestro peor enemigo es Shein, la moda rápida y sus precios tan bajos", puntualiza Alberich, que asegura que les llegan donaciones de la famosa marca de 'fast fashion' con la etiqueta puesta y sin estrenar.

Durante la visita de EL PERIÓDICO a la tienda, una decena de personas de variada edad curioseaban el género. Un par de mujeres jóvenes salían de los probadores a mirarse ante el espejo cómo les quedaban los conjuntos. Y algunos clientes pasaron por caja. "Desde el 2021 hemos implantado el código QR para que nadie tenga que pasar vergüenza por 'pagar' con un vale social", describe Alberich.

"Últimamente, y desde que abrió el hotel de aquí al lado, vienen muchos turistas alojados a comprar, pues la cultura de la segunda mano está mucho más arraigada fuera que aquí en España", observa el director de la cooperativa, cuyo objetivo es seguir abriendo más tiendas Moda Re-.

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