Emergencia habitacional

Los vecinos evacuados hace dos meses de 'El Barco' de Esplugues reclaman un alojamiento estable

Unas 20 familias siguen trasladándose de hotel en hotel a la espera de otra solución

La Generalitat ofreció al Ayuntamiento los programas de ayudas económicas 'Reallotgem' y 'Garantim', pero el consistorio insiste en que lo que necesita son pisos

Desalojan a las 38 familias del popular edificio 'El Barco' de Esplugues por "daños estructurales"

El popular edificio 'El Barco' de Esplugues, mientras era desalojado por riesgo de derrumbe.

El popular edificio 'El Barco' de Esplugues, mientras era desalojado por riesgo de derrumbe. / Elisenda Pons

Gerardo Santos

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Se han cumplido ya dos meses de la evacuación forzosa del popular edificio 'El Barco' y de las 38 familias que allí residían, al menos una veintena siguen viviendo en recursos temporales, o bien acogidas en casa de familiares o amigos, o bien en estancias hoteleras facilitadas por el Ayuntamiento de Esplugues de Llobregat. Estancias que a menudo se alargan apenas unos días o semanas, de manera que muchos de los vecinos afectados llevan desde finales de marzo pivotando de hotel en hotel.

Alertado de esta situación, el Departament de Territori de la Generalitat ha mantenido reuniones con algunos vecinos, que les han trasladado su malestar por la situación. Así, el pasado lunes 27, la Agència de l'Habitatge de Catalunya (AHC) envió una carta al consistorio espluguense para pedir explicaciones. En la misiva, a la que ha tenido acceso este medio, la AHC asume que el hecho que los antiguos vecinos de 'El Barco' estén obligados a cambiar cada poco tiempo de alojamiento "comporta un fuerte desgaste físico y psicológico".

Es el caso de Ricardo Iscar y su familia: "Al principio estuvimos en casa de unos amigos, después en un hotel de Esplugues, luego a otro en Sant Just, luego a otro en Viladecans, luego en Cornellà y, por ahora, en un aparthotel en Sant Just. Este está siendo nuestro periplo por el Baix Llobregat". En una situación análoga se encuentran Sarai Hidalgo y los suyos: "En este tiempo hemos pasado por cinco sitios diferentes, pero hay vecinos que han tenido que cambiar de hotel hasta en ocho ocasiones".

"Eso supone para las familias un desajuste enorme, no solo no tienes tu casa, no tienes dónde cocinar. El estómago, sobre todo el de los menores, se resiente porque falta rutina alimentaria ―denuncia Iscar―. Hay quien piensa que es un lujo ir de hotel en hotel, pero no es así". El consistorio pone a disposición de los afectados 20 euros diarios por persona para gastos de alimentación, asegura este vecino: "Es una ayuda, pero no es suficiente".

Según los datos facilitados por el Ayuntamiento, en los dos primeros meses de la crisis, el Gobierno municipal ha dedicado 670.000 euros en la gestión de la emergencia. El monto se divide en 461.000 euros gastados en alojamientos, 65.000 en alimentación y 144.000 en otras gestiones referidas como por ejemplo el contrato con Ètic Hàbitat, cooperativa que trabaja junto al Gobierno local en la ayuda y atención a los vecinos afectados.

Además, y siempre según la información publicada por el Gobierno municipal, en estos momentos hay 12 familias que han cerrado acuerdos con el Ayuntamiento para disponer de un alojamiento, y que están tramitando en el expediente administrativo para finalizar los acuerdos. Otras cinco familias están viviendo en pisos provisionales y una familia en una residencia. El resto, una veintena, siguen atendidas en hoteles.

La carta enviada por la AHC también pone sobre la mesa los perjuicios que sufren los más pequeños a raíz de la emergencia habitacional que atraviesan: "Hay que tener en cuenta las consecuencias que sufre la infancia en esta situación, que se ve afectada para poder asistir con normalidad y regularidad" a clase. Al respecto, el consistorio informa que los centros educativos han "confirmado" al Ayuntamiento que todos los niños asisten a escuela con normalidad y "solo han faltado algún día puntual". Las dificultades para llevar a los críos a clase se acentúan cuando alguna de las estancias temporales tienen lugar en municipios relativamente distantes de Esplugues: "En Viladecans, por ejemplo, estábamos muy alejados de los centros educativos, lo que causaba retrasos en la llegada de los niños a escuela cuando no una falta de asistencia", recuerda Ricardo Iscar.

Más críticas a la gestión del Gobierno municipal se escucharon en el pasado pleno municipal, el del mes de mayo, que fue igual o más bronco que el anterior. Es el caso de Julián Carrasco, que denunció los "cambios constantes de ubicación" así como la incertidumbre a la que se enfrentan las familias, "que no tienen un horizonte claro". En la sesión plenaria se aprobó una nueva modificación del presupuesto local para sumar casi 800.000 euros más a la bolsa de dinero destinada a cubrir las necesidades de las 38 familias evacuadas de 'El Barco' a finales del mes de marzo.

Otro de los vecinos que tomó la palabra en el último pleno fue Ronny Guzmán, quién preguntó al Gobierno municipal acerca de los programas Reallotgem i Garantim de la Generalitat de Catalunya. Precisamente el uso de ambos programas para la gestión de la emergencia habitacional de los vecinos de 'El Barco' es uno de los puntos de fricción entre la Generalitat y el Ayuntamiento de Esplugues. "Os ofrecimos la posibilidad de ejercer el derecho a tanteo y retracto y pusimos a vuestra disposición los programas Reallotgem y Garantim ―se dirige la AHC al Ayuntamiento en la mencionada carta―. Con este programa, desde la AHC nos haríamos cargo del coste del alquiler para que las familias que cumplan los requisitos puedan vivir en una vivienda de forma más estable que en la actual".

Fuentes municipales consultadas al respecto insisten en que las necesidades actuales del consistorio pasan por encontrar pisos para los vecinos de 'El Barco', y no más "programas de gestión indirecta" que cubran el pago del alquiler. Insisten también en que el Ayuntamiento no ha contado con la ayuda de la Generalitat para disponer de viviendas, algo que está haciendo por su propia cuenta.