Carta de un lector: "Señor Sánchez, su denuncia llega tarde"
Luis Fernando Crespo Las Rozas de Madrid
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Un hombre retira euros de un cajero automático. / Archivo / Efe
Jordi Querol
Cada vez que leo en los periódicos los beneficios anuales de las entidades bancarias me pongo de mal humor y me gustaría aclarar que este estado de ánimo nada tiene que ver con la envidia. Siempre he pensado que si alguien monta un negocio dentro de la legalidad y lo desarrolla con ilusión, inteligencia y tesón, pasa cuentas con Hacienda anualmente, sus clientes están satisfechos y al final gana un montón de dinero, yo nada tengo que decir al respecto.
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Sin embargo, este ejemplo no es el caso de los bancos ni de las cajas de nuestro país. En general, y por distintas razones, estas entidades no satisfacen de manera debida a sus clientes: sus cajeros no siempre funcionan; en muchos temas (préstamos, seguros, hipotecas…) adoptan posturas llenas de edadismo; la nómina de empleados ha sido reducida de manera drástica y, por lo tanto, solucionar problemas cada día resulta más complicado; en según qué transacciones se cobran comisiones exageradísimas; la lista de inconvenientes es más larga, pero la dejo aquí.
Para terminar, un solo llamamiento: es urgente la creación de un nuevo modelo de banca que optimice el trato con su clientela. Muchos de nosotros, antiguos y fieles clientes, estamos cansados.
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Luis Fernando Crespo Las Rozas de Madrid
Ester López Comunicació Urbanisme. Ajuntament de Barcelona
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23 de abril