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"He conocido a una turista norteamericana en Gràcia y ha sido como un soplo de aire fresco"
La plaza del Diamant, la próxima en someterse a una restauración. /
JOSEP GARCIA
Todo ocurrió mientras estaba sentado en un banco de la mítica plaza del Diamant del barrio de Gràcia. De pronto, comencé a hablar con una atractiva desconocida. Era norteamericana, de San Francisco, y su sonrisa empezó a cautivarme. Hablamos (en inglés) de Trump, del 'tourist go home', de lugares bonitos de Barcelona, incluso le pregunté en broma por el caso Roswell.
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Me preguntó si conocía algún buen restaurante de menú, y sin pensarlo mucho fuimos al restaurante SMS Delícies de la calle Astúries, conocedor de que su menú es brillante. Tras comprobar las excelencias gastronómicas, la acompañe a su piso Airbnb de Gràcia. Intercambiamos nuestros Instagram y quedamos que ya nos veríamos.
Al cabo de unas semanas, volví a ver a Mallory. La llevé a otro lugar mágico de Barcelona: uno de los chiringuitos de la playa de la Nova Icària, lugar perfecto para una sangría y contemplar el maravilloso mar de nuestra ciudad. Tras algunas conversaciones, me di cuenta de que la mentalidad norteamericanadifiere bastante de la europea, somos dos mundos con un pasado cultural común, pero con costumbres y formas de entender la vida muy diferentes.
Volvimos a Gràcia y nos despedimos. Ahora ella se encuentra en otra ciudad europea y tal vez vuelva a Barcelona en otro momento. Què bonito ha sido sentir algo por esa desconocida que un día me sonrío en la plaza del Diamant, un autentico soplo de aire fresco. 'Bye Mallory'.