"Soy pesimista ante una depuración profunda de la Administración del Estado y del aparato judicial"

Ahora, Pedro Sánchez se indigna -y con razón- por las calumnias e infundios vertidos hacia una persona próxima. Sin embargo, han sucedido casos parecidos o mucho peores: el acoso derechista a Pablo Iglesias, el vergonzoso caso Altsasu, el espionaje de Pegasus o la persecución sufrida por independentistas catalanes (tsunami) y nadie, absolutamente nadie, desde el Gobierno español -ni desde la intelectualidad de Madrid- criticó nada, se indignó mínimamente, ni movió un dedo. Al contrario.

Supongo que después de este bien orquestado "teatrillo" -¿me voy o no me voy?- deberían ponerse en marcha inmediatamente medidas para acabar con el 'lawfare', suprimir la ley mordaza, cambiar cúpulas judiciales caducadas hace años e investigar a fondo las cloacas del Estado. Pero sabiendo que también el PSOE tiene muchos 'cadáveres' en el armario (GAL, Barrionuevo, Vera, Roldán, los ERE andaluces, Koldo...), soy bastante pesimista ante una depuración profunda de la Administración del Estado y del aparato judicial.

Mientras tanto, asistimos atónitos a las continuas muestras de cinismo de Feijóo y Abascal convertidos -de la noche al día- en paladines de la transparencia y de la democracia. Vivir para ver.