En contra de lo que todo el mundo debe pensar, en mi caso la eliminación de buena parte de los peajes catalanes ha empeorado mis condiciones de transporte y desplazamientos. Es cierto que económicamente es un paso adelante y representa un ahorro, pero ahora hay mucho más tráfico del habitual en las autopistas y, sobre todo, más conductores poco acostumbrados a conducir con las reglas y velocidades de estas vías, algo que es muy peligroso.
En general, el tráfico se ha ralentizado y se ha vuelto más peligroso por cambios de carril sin previsión, abruptos, sin mirar y a velocidades muy inadecuadas.
En las autopistas los movimientos deben hacerse con previsión y con suficiente espacio, ya que las velocidades son bastante más altas. Por ejemplo, incorporaciones al carril central a 50 kilómetros por hora desde las incorporaciones o adelantamientos a 100 kilómetros por hora por el carril de más a la izquierda y se mantienen en él.