Libertad de expresión acaba donde empieza la del otro

’Estelades’ en la grada del Camp Nou en el partido del Barça con el Bate Borisov en la Champions. / FERRAN NADEU

Pues bien , desgraciadamente el deporte está totalmente contaminado por la política. Dicho esto, también diré que la libertad de expresión termina donde empieza la del otro, es decir; que cada uno lleve la bandera que le dé la gana, siempre y cuando respete al individuo que tenga al lado, sea de la ideología que sea. 

En un país que dice ser democrático, estos temas no son ya temas de conversación, creo yo. Si realmente es una democracia con libertad de expresión, las 'estelades' deberían de poder entrar sin ningún problema, al igual que las banderas españolas . Eso  sí, no confundamos la libertad de expresión con las banderas falangistas o con apología del fascismo, porque esto ya es otro tema al que España debería poner remedio tal y como han hecho otros países de Europa , como por ejemplo Alemania. Allí están terminantemente prohibidas las banderas nazis.