Carta de un lector: "Interior actúa con su legalidad, los Mossos con la suya"

El Ministerio del Interior, Fernando Grande-Marlaska. / EFE

Todos los partidos políticos han reconocido que el Estado tiene “cloacas”; nadie quiere suprimirlas o, cuando menos, que sean controladas por el poder judicial o por el Parlamento, solo el Ejecutivo sabe. “Son herramientas del Estado para protegerse” (Ayuso, dixit). Las cloacas más evidentes horadan al Ministerio de Interior, que ha adquirido dimensiones de mega-ministerio. Incrustado en todos los aspectos de la vida cotidiana española. Parece una administración dentro de la Administración, sujeta solo a sus propias normas, y la constante demanda de colaboración ciudadana como su gran coartada democrática.

Descentralizados todos los servicios de atención al ciudadano (sanidad, educación, dependencia, justicia, transporte…), Interior es la mejor y única herramienta del Gobierno para hacer política. A lo peor, en nuestro imaginario colectivo, los españoles, incluso los catalanes, añoramos el orden policial de los 40 años de paz dictatorial, o de estabilidad económico financiera, que facilite el crecimiento de los negocios, aunque a veces huela mal. Marlaska, parece haberlo entendido, es el ministro de Interior que más reprobaciones acumula (23), y el que más tiempo ha permanecido en el cargo; le gusta, no dimitirá jamás. Illa, como primer acto de gobierno, ha rendido honores a los Mossos, para que abandonen las veleidades políticas que han mantenido durante los últimos 10 años.