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¿Os imagináis un 13N cada día? Eso les pasa a los refugiados
Una sala de fiestas, un estadio de fútbol, bares, restaurantes y las calles céntricas de una de las ciudades más importantes de Europa. Es curioso que el EI haya elegido atacar los pilares del ocio del capitalismo occidental, ¿no? Saben lo que quieren y no les importa el medio a seguir para conseguirlo. Así, pararlos es muy difícil.
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Lo cierto es que hechos como el de París cambian muchas cosas. Principalmente vidas. Y es que es imposible no pensar en los centenares de familias que recordarán una noche en la que muchos salieron únicamente a pasar un buen rato como una pesadilla imborrable o, incluso, la pérdida de un ser querido irremplazable. Mensajes de ánimo y homenajes necesarios y totalmente justificados a las víctimas y afectados que hacen de Francia un país herido. Pero, ¿y los refugiados que han vivido realidades semajantes día tras día y ahora intentan escapar de este absoluto horror? Ellos también son personas.
¿Os imagináis vivir en un 13-N continuo? ¿Podéis pensar en lo que puede llegar a ser tener que dejar atrás tu hogar para salvar tu vida y encontrate con un sinfín de obstáculos que te impiden llegar a un lugar más seguro? Yo lo he hecho y os aseguro que llego a la conclusión de que podemos llegar a ser muy hipócritas. Reaccionamos solo cuando la tragedia nos toca de cerca. No puede ser.
Olvidémonos de fronteras, territorios y colores de piel. Unámonos todos para hacer más llevadero el sufrimiento de aquellos que salieron a tomar una copa o de los que abanadonaron el sitio en el que nacieron para evitar una muerte que a muchos otros sí les llegó. Solo así podremos hacer frente a la sinrazón y la barbarie de un terrorismo que no puede salirse con la suya. De ningún modo.