La queja de un lector: "De un día para otro, se han eliminado dos carriles de aparcamiento para coches"

Una cosa está clara, el Ayuntamiento de Barcelona -al igual que otras ciudades - ha declarado la guerra al vehículo y la está ganando. En poco tiempo, los cambios son rápidos y significativos. Tomemos como ejemplo una vía del Eixample: hace tres meses tenía cuatro carriles, dos de ellos se utilizaban para el aparcamiento en línea y los otros dos para la circulación de vehículos y bus. Ahora, esos cuatro carriles han quedado de la siguiente manera.

Un solo carril para la circulación de vehículos. Un carril exclusivo para el bus, que también suelen usar las ambulancias y los vehículos de servicios públicos. Un carril para los contenedores de recogida selectiva, los aparcamientos de motos (algunos), los nuevos 'parkings' de bicis (muchos más) y algunos espacios reservados a la carga y descarga. Y por último, el carril bici.

De hoy para mañana se han eliminado los dos carriles de aparcamiento en la calle. Casi han desaparecido las zonas azules, y no digamos las verdes, y como no, los parquímetros (como muestra de un pasado, y a la espera de la próxima brigada, han quedado en el suelo unas pequeñas plataformas cuadradas con los cuatro puntos de anclaje del dichoso aparato).

Por tanto, supresión de zonas de estacionamiento en la calle, y de momento, y a la espera del cumplimiento de la nueva ordenanza de circulación, más dificultades para los peatones que han de tener ojos a los lados y detrás de la cabeza para evitar la derrota a manos de una bici o de un patinete eléctrico, que como es normal suelen circular por donde les da la gana, porque la calle y la acera es suya.

Si con todo ello no se consigue una Barcelona con una movilidad más sostenible y saludable, ¡estamos perdidos!