"No hay salida para Venezuela"

Nicolás Maduro es el claro exponente de lo que es ser un dictador. No es un hombre de izquierdas, aunque su mano de hierro la aplique para, según él, defender la democracia.

Como todos los dictadores, no tienen ninguna ideología, ni de derechas ni de izquierdas. Maduro y Trump declaran sin pudor alguno que tienen la bendición de Dios todopoderoso y la del pueblo.

Mientras tanto, Venezuela se hunde en la miseria, la seguridad en las calles es nula y el pueblo ve como se asfixian sus esperanzas de poder vivir en una democracia verdadera. Aunque no es que tengan muchas esperanzas en la oposición, clasista y capitalista.

Nicolás Maduro, el de los chándales engañosos, consultor de adivinos, es el gran emperador, el gran dictador, la reencarnación de Simon Bolívar.

Por otro lado, el pueblo venezolano lo tiene muy difícil con una oposición de derechas, que viendo cómo han actuado a través de la historia de este país y de otros, lo único que conseguirían es añadir más nombres a los ricos del país, crear una falsa clase media y ahondar en la miseria.

Venezuela y otros países de Sudamérica parece que están en un callejón sin salida.