"Gracias, Hansi"

Sergi Roberto se seca las lágrima en su parlamente de despedida del FC Barcelona este lunes. / Europa Press

Uno de los mayores aciertos de Flick hasta el momento ha sido librarnos de Sergi Roberto. Un jugador que será recordado por el gol al PSG y poco más, y que ningún entrenador (y ha tenido bastantes) ha conseguido que juegue bien en su posición natural. Un jugador que la afición hace tiempo que quería fuera del equipo (a las encuestas de los periódicos deportivos me remito) y que, a pesar de haber sido casi siempre suplente, en los últimos quince años solo ha recibido unas pocas ofertas de equipos de segunda fila (por algo será). Un jugador que, mientras los entrenadores han sido antiguos jugadores, y ha tenido el respaldo de las vacas sagradas, se ha parapetado en el banquillo quitándole el puesto a alguien del filial y contribuyendo al desastre económico. Un jugador que era el último vestigio del ‘Nightmare team’, esa caricatura del Dream Team que contaba las temporadas por humillaciones históricas en Europa. El Barça, ahora sí, ha acabado su ‘revolución’ y puede mirar hacia el futuro con optimismo. Força Barça!