"Mi fortuna està en un circuito de motociclismo, allí soy realmente feliz"

En muchas ocasiones me he preguntado qué es la fortuna. Por regla general, las personas solemos relacionar esta palabra con el dinero y su abundancia. Pero, ¿y si hemos vivido engañados todo este tiempo?

Este fin de semana he estado en el Circuito Ricardo Tormo, donde se celebraba el Gran Premio de la Comunitat Valenciana de motociclismo. Si me preguntáis qué he sentido, ni con mil palabras sería capaz de expresarlo. He aprendido que en un circuito se halla mi fortuna, porque cuando estoy allí todos mis sentidos se concentran, olvidándome por completo de todo lo demás. Mi pasatiempo favorito, desde que tengo uso de razón, es observar. En el 'paddock' se producen miles de momentos que son bellísimos, como las charlas y toques en el hombro entre los mecánicos; los cafés a primera hora de la mañana para combatir el sueño y el frío; los abrazos de reencuentro; las sonrisas y caras de ilusión; las lágrimas de quienes viven con intensidad y emoción cada minuto como si fuese el más especial del mundo; los pilotos cuando hablan con los periodistas y entre ellos se forja una mirada cómplice y un larguísimo etcétera.

Hubo alguien que en su día me preguntó por qué me gustaba tanto el MotoGP, no supe responderle porque me sobran los motivos, y aunque hiciese el esfuerzo de explicar uno por uno, siempre me olvidaría de alguno. Cuando me pregunto por qué siento este sentimiento, recuerdo que gran parte se debe a su gente, que con su pasión han logrado atraparme por completo.

Todos, aficionados, mecánicos, personal de Dorna, comisarios, personal de limpieza, periodistas, pilotos. Todos los que hacéis posible un Gran Premio cada día sois campeones del mundo, porque igual que me ha pasado a mí, habéis cautivado el corazón de millones de personas, creando un vínculo que jamás se podrá romper. Sois la mayor fortuna que podríamos tener.

Nos vemos en marzo, empezando una nueva temporada cargada de miles de emociones y recuerdos que se quedarán para siempre con nosotros. Y recordad: dadle gas a la vida.