"Es una estafa que los atletas transgénero compitan con ventaja intrínseca con mujeres"

La atleta etíope Meseret Defar celebra la consecución del oro en la final de 5000 metros de relevos femeninos. / JOHN B.MAGANBLO (EFE)

El lema de los Juegos Olímpicos, que se hallan a la vuelta de la esquina, es 'Citius, Altius y Fortius'. Es evidente que en toda competición deportiva debe garantizarse por antonomasia, ontológicamente, la igualdad. Esa igualdad queda claramente en entredicho, por no decir volatilizada, cuando atletas transgénero participan compitiendo con ventaja intrínseca con mujeres.

Años de esfuerzo, sacrificio, duras jornadas de entrenamiento y espíritu de superación se hacen añicos cuando asoma en la pista un atleta de esas características que, ante la estupefacción, la indignación y el sonoro abucheo de los espectadores se impone con descarada holgura, desnaturalizando la prueba. Un auténtico dislate deportivo que se viene tolerando incomprensiblemente en detrimento de la esencia de los valores del deporte. Una afrenta a la igualdad. Una inexplicable estafa competitiva.