"Envidia sana de Madrid"

El primer tren de Ouigo en la estación de Atocha, antes de salir hacia Barcelona, en el acto de presentación que se ha celebrado esta mañana. / José Luis Roca

La pasada semana estuvimos en la capital de España. Solo apearse del AVE se percibe un ambiente mucho más dinámico, alegre si se me permite la impresión. Me recuerda, ya tengo una edad, cuando en los años 70 pasaba a Francia. Era una sensación intangible de alegría y optimismo. Pero también me ocurrió el año pasado en mi periplo turístico por el norte de España, y creo que hay que hay que atreverse a decir en voz alta que, desde el 'procés', con continuidad todavía en los cortes de la Meridiana, y negándose a encontrar soluciones imaginativas a la ampliación del aeropuerto o a la instalación del museo del Hermitage que sean compatibles con un crecimiento sostenible, o a crear un ambiente propicio al regreso de las múltiples empresas que huyeron, lo único o conseguimos es la decadencia que otros aprovechan para despegar como cohetes.