Avance del domingo: primera entrega de 'El corredor del fuet'

Las últimas elecciones hicieron aflorar en el interior de Catalunya un malestar derivado del cambio demográfico que ha provocado la llegada de inmigrantes que nutren de mano de obra a una potente industria cárnica que ha multiplicado por siete sus exportaciones en dos décadas. EL PERIÓDICO analizará, desde este domingo, el porqué del tirón electoral de Aliança Catalana y las causas de la difícil integración de estos nuevos ciudadanos. Una mirada local a un problema social que se ha extendido a toda Europa.

Iniciamos este domingo una serie de siete reportajes dominicales, a modo de viaje, para entender qué está pasando allí donde el choque se hace presente en la puerta de casa, en la plaza y en el aula, y extraer lecciones extrapolables al resto del país, antes de que la fractura social tenga graves consecuencias.

En torno al Eix Transversal

El trayecto se desarrolla a lo largo de lo que hemos denominado como el corredor del fuet, una línea que cruza Catalunya desde Figueres (Alt Empordà) hasta Alcarràs (Segrià) y donde la demografía, la economía y la política se entrecruzan para explicar el sentir de un país. En paralelo al Eix Transversal se ha erguido una potente industria cárnica, especialmente sustentada en el sector porcino, que suministra carne y embutidos a consumidores de medio mundo. Y es precisamente en esta diagonal donde, en mayo de 2024, se contaron la mayoría de votos de Aliança Catalana, el partido independentista xenófobo que reivindica la pureza de la identidad catalana.

En este corredor del fuet es donde, históricamente, se ha ubicado la industria cárnica catalana: granjas, mataderos, salas de despiece y de elaboración de embutidos y demás productos, convertida en la primera exportadora de Europa. Con una característica significativa: el aumento de trabajadores de los últimos 20 años, que han pasado de los 22.000 a los 35.000, se ha logrado, en gran parte, gracias a la mano de obra migrante. Un trabajador necesario pero que, al mismo tiempo, como muestran los resultados de Aliança Catalana, es rechazado por una parte de la población autóctona.

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En este recorrido a lo largo de siete municipios, a partir de preguntas a los vecinos que viven de lleno este conflicto, desde Ripoll hasta Alcarràs, pasando por Manlleu, se concluye que no hay consenso sobre lo que deben suponer las políticas de integración de la población migrante. A la hora de la verdad, hay tantas definiciones de integración como personas conviven en un lugar. Mientras algunas hablan de respeto, empatía y sentimientos, otras ponen el acento en las obligaciones de los recién llegados.

Ante la disparidad de visiones sobre cómo afrontar esta problemática, los expertos que llevan investigando el fenómeno migratorio desde hace más de 30 años advierten que hacen falta políticas públicas transversales y de amplio alcance para que la integración sea real. Sin ellas, uno de los riesgos es el repliegue identitario de las diferentes comunidades, especialmente en los entornos más pequeños, lo que puede reforzar aún más las posiciones de las opciones políticas contrarias al fenómeno migratorio.