Cercle d’Economia, con la historia en el alma | + Historia

Esta institución, cuyo objetivo es promover el debate económico y social, se fundó en 1958, si bien es cierto que su gestación se inició siete años antes. En 1951, un grupo de jóvenes universitarios vinculados al sector industrial empezaron a reunirse al amparo del Club de Ajedrez Comodín para escapar del control de la dictadura, que no prestaba demasiada atención a ese tipo de asociaciones deportivas. Aquellos encuentros enseguida fueron frecuentados por Jaume Vicens Vives, uno de los historiadores más influyentes del siglo y quien tuvo un papel crucial a la hora de construir ideológicamente el Cercle d’Economia.

Vicens Vives, nacido en Girona en 1910, actuó de puente entre la época republicana y el franquismo. Inicialmente se interesó por la historia medieval y moderna, pero poco a poco se fue aproximando a la contemporánea y lo que los especialistas llaman historia reciente. La importancia de su figura radica no solo en que intelectualmente fue un historiador muy sólido, sino que nunca quiso convertir la academia en una torre de marfil. Estaba convencido de que la historia podía actuar de elemento transformador del presente, cosa que recordaba a menudo a sus discípulos. A Josep Fontana, por ejemplo, le dijo que “se puede servir al país a través de la ciencia histórica”.

Y esto no lo hacía solo enseñando a futuros licenciados en historia sino a través de otras vías, que intensificó especialmente en los años 50. Por un lado, con la divulgación. Consciente de que la generación nacida durante la guerra no conocía la historia de su país, en 1952 publicó ‘Aproximación a la historia de España’, y en 1954, ‘Noticia de Cataluña’. Por primera vez alguien exponía los hechos del pasado sin el sesgo nacionalcatólico para justificar el golpe de Franco de 1936 ni todo lo que de él se derivó.

Por otra parte, Vicens Vives quiso incidir en la nueva generación de la burguesía para contribuir a cambios estructurales. Durante los primeros años de la dictadura, la política económica se había basado en la autarquía y fue un desastre. En los 50 era evidente que hacían falta reformas, pero también, que era necesaria la gente preparada para llevarlas a cabo. No es casualidad que en 1954 la Universitat de Barcelona fundara la Facultad de Ciencias Económicas. Como tampoco lo fue que Vicens Vives empezara a dar clases allí. Su objetivo era doble: quería promover el desarrollo del estudio de la historia económica de Catalunya e influir en la clase burguesa, porque sus hijos estaban en esas aulas. Lo había puesto de manifiesto sin tapujos ese mismo 1954, en un artículo publicado en la revista ‘Destino’ titulado ‘Hacía una nueva burguesía’. Allí reclamaba que ese grupo recuperara el timón de la nave social, practicara el pactismo político, la tolerancia ideológica y la igualdad de oportunidades. No olvidemos que apenas habían pasado 15 años desde el final de la guerra y la dictadura todavía se mantenía fuerte.

Así pues, tenía todo el sentido del mundo que el historiador gerundense se implicara tanto en la creación del Cercle d’Economia y que fuera uno de sus primeros conferenciantes. El año de la fundación de la entidad realizó una intervención titulada ‘El capitán de industria español en los últimos 100 años’, que pocos meses después se convertiría en parte de ‘Industriales y políticos’, uno de sus libros más famosos. Vicens Vives alentaba a los jóvenes de esa nueva generación burguesa a recuperar el papel de minoría selecta que ya habían tenido sus abuelos a principios del siglo XX.

Es evidente que tanto la economía catalana como la global han cambiado mucho, pero seguro que quien gane este martes podría recuperar algunos de los valores defendidos por Vicens Vives, porque conocer la historia es de mucha utilidad para gestionar el presente y encarar el futuro.

 

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Muerte prematura

Pese a ser evidente su tendencia conservadora y elitista, no debe obviarse el papel crucial de Vicens Vives en la renovación historiográfica tanto con las obras citadas como con trabajos sobre Fernando el Católico o los campesinos de remensa, por ejemplo. Su muerte prematura en 1960 nos privó de una personalidad que habría tenido mucho que decir durante la Transición.