Verificat Fact check Comprueba una declaración específica o un conjunto de declaraciones presentadas como hechos. Emite un veredicto sobre si la declaración es correcta o no.

25% de catedráticas y 47% de asociadas: la brecha de género se agrava en las posiciones académicas más elevadas

Las tecnologías y las ingenierías no llegan al 24% de profesoras, mientras que la salud y las humanidades cuentan con más mujeres que hombres docentes. Dos tipos de factores, materiales y simbólicos, ayudan a explicar esta brecha académica.

Una profesora imparte clase en una facultad universitaria.

Una profesora imparte clase en una facultad universitaria.

7
Se lee en minutos
Verificat
Verificat

Verificat es una plataforma de fact-checking sin ánimo de lucro en Catalunya. Nos dedicamos a verificar el discurso político y el contenido que circula en las redes y a la educación para el consumo crítico de la información.

ver +

Las chicas suponen el 58% del alumnado que participa en las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU), que empezaron este martes en Catalunya. Es un porcentaje ligeramente superior al de las que estudian un grado en las ocho universidades públicas catalanas pero, a medida que se avanza en la carrera académica, las mujeres se van quedando atrás. En la posición más prestigiosa del escalafón universitario, la de las cátedras de universidad, solo una de cada cuatro personas es mujer.

El aumento de la disparidad de género en las categorías académicas más elevadas, en comparación con una mayor paridad en posiciones inferiores, se corresponde con el conocido como ‘efecto tijera’, que recibe este nombre por la forma del gráfico que muestra como la proporción de mujeres disminuye a medida que aumenta el nivel académico y retributivo, mientras que la proporción de hombres aumenta en las posiciones de mayor poder y prestigio.

Solo hay un 25,1% de mujeres catedráticas de universidad en la academia pública de Catalunya, según ha calculado Verificat a partir de datos proporcionados por los ocho centros públicos referentes a los cursos 2020/2021 y 2021/2022. La categoría académica mejor valorada y remunerada ocupa la segunda posición en lo que se refiere a la masculinización, justo por detrás del profesorado emérito, formado por solo un 23,5% de mujeres. Estos datos chocan con el 46,8% de mujeres profesoras asociadas, una de las posiciones menos remuneradas, con el 51,8% de doctorandas o el 57,4% de mujeres que estudian un grado. Un factor evidente es la edad, ya que cuando los profesores eméritos o los catedráticos entraron en la academia, esta estaba mucho más masculinizada que en la actualidad.

Grandes diferencias entre universidades

En total, las mujeres conforman el 43% del personal docente e investigador en las ocho universidades públicas catalanas, aunque existen grandes variaciones entre centros. La Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) es la que tiene las cifras más bajas: solo un 25,2% del profesorado son mujeres, un porcentaje que desciende hasta el 6% en algunos departamentos. Por el contrario, la Universitat de Lleida (UdL) es la que más se acerca a la paridad, con un 48,9% de mujeres docentes e investigadoras. Le siguen la Universitat de Barcelona (UB), con un 47,1%, y la Universitat de Girona (UdG), con un 44,9%.

Sin embargo, las universidades que más se acercan a la paridad en términos generales también muestran una importante brecha de género en las posiciones más elevadas. En estos tres centros mencionados, las catedráticas de universidad suponen un 28,6% (UdL), un 29,4% (UB) y un 21% (UdG). En la UPC, la universidad menos paritaria, la proporción de catedráticas de la universidad es del 10,2%.

La poca paridad entre las categorías académicas más altas, también representada por el 23,5% de profesoras eméritas, contrasta con el aumento de representación femenina en las categorías menos remuneradas. Destaca que las profesoras asociadas suponen un 46,8% del total de su categoría; las profesoras titulares de escuela universitaria, un 48,5%; y las profesoras lectoras, un 49%. 

En cuanto a las catedráticas contratadas por las universidades (es decir, que no son funcionarias), la cifra sube siete puntos respecto a las catedráticas de universidad: hay un 32,9% de mujeres en esta categoría, contando todos los centros públicos.

Barreras materiales y simbólicasNúria Sara Miras, directora de la Unidad de Igualdad de la Universitat de Barcelona, identifica dos tipos de factores que podrían explicar esta brecha: los materiales y los simbólicos. Los materiales están relacionados con las barreras que encuentran las mujeres para avanzar en la carrera académica. Rosa Cerarols, su homóloga en la Universitat Pompeu Fabra, explica que "la época más competitiva a nivel académico coincide muchas veces con la maternidad", lo que dificulta un proceso que requiere la producción de un gran número de trabajos de investigación. Y es que las publicaciones académicas son uno de los principales requisitos a la hora de conseguir una cátedra.

En esta misma línea, Miras afirma que "la carrera académica es muy difícil de combinar con las tareas de cuidados", atribuidas por defecto a las mujeres: "las mujeres que han alcanzado niveles altos lo han hecho muchas veces a costa de renuncias". 

A esto se le añade el efecto generacional. El profesorado que hoy tiene una cátedra entró en la universidad hace varias décadas, cuando la universidad estaba mucho más masculinizada que ahora.

Entretodos

Publica una carta del lector

Escribe un 'post' para publicar en la edición impresa y en la web

Además, las mujeres son las que más asumen el llamado 'trabajo informal' de la universidad. "Mientras muchos hombres tienen mucho más claro el perfil de investigación y van directos con un camino muy recto, sin muchos obstáculos”, muchas mujeres acaban asumiendo otras tareas académicas, "como tutorías a los alumnos o trabajos de gestión", explica Josefina Antonijuan, vicerrectora de Responsabilidad Social e Igualdad de la UPC. Esta carga adicional, que no va acompañada de grandes complementos salariales ni de prestigio académico, también implica poder dedicar menos tiempo a la investigación.

25% de mujeres profesoras en las carreras tecnológicas

Aparte del sesgo de género según la categoría académica, la brecha también aparece cuando se analizan los datos en función del ámbito del conocimiento. Los estudios universitarios relacionados con la ingeniería y la arquitectura son los más masculinizados: los departamentos equiparables a estas categorías en toda Catalunya solo cuentan con un 23,9% de mujeres. En cambio, hay más mujeres que hombres en las facultades relacionadas con las ciencias de la salud (54,2%) y las humanidades (51,8%). Esta diferencia abismal es una muestra más de la feminización del sector de los cuidados y la masculinización del de las tecnologías. En medio, se encuentran las ciencias [experimentales] (45,6%) y las ciencias sociales y jurídicas (37,9%).

Concretamente, los espacios más feminizados son el departamento de Inglés y lingüística de la UdL (81,5% de mujeres), la facultad de Enfermería de la UdG (79,3%) y el departamento de Antropología Social y Cultural de la UAB (75%). Los más masculinizados son el departamento de Ingeniería electrónica, eléctrica y automática de la Universitat Rovira i Virgili (5,5% de mujeres) y las unidades de Ingeniería eléctrica (5,9%) y Resistencia de los Materiales y Estructuras (6%) de la UPC. De las diez unidades con menos mujeres, nueve están relacionadas con la ingeniería

Esta brecha en las tecnologías e ingenierías no solo existe entre el profesorado; también afecta al alumnado. Mientras que la proporción de mujeres matriculadas en estudios de grado de la mayoría de universidades oscila en torno al 60%, en la Universitat Politècnica de Catalunya, especializada en ingenierías y tecnologías, este porcentaje es del 28,4% en el curso actual. Antonijuan lo achaca a que la mayoría de carreras son ingenierías, una rama muy masculinizada. 

Núria Miras lo imputa a los factores simbólicos, que frenan el interés de las chicas en perseguir una carrera en la academia. Antonijuan señala la "falta de mujeres referentes" en el sector de las ingenierías, así como "los estereotipos muy marcados" que hacen que "una niña pequeña, en su imaginario, no se vea como ingeniera". Cerarols, que viene de las humanidades, critica también la falta de referentes femeninos en su campo.

Noticias relacionadas

¿Cómo se ha calculado?

Para los datos que hacen referencia a la media catalana, Verificat ha calculado la proporción de mujeres y hombres a partir de la suma del estudiantado, profesorado y personal investigador de las ocho universidades públicas de Catalunya. En el gráfico que muestra el efecto tijera, las categorías académicas se han ordenado según el nivel educativo (en el caso del estudiantado) y el nivel retributivo (en el caso del personal docente e investigador), usando el salario máximo mensual que aparece en las tablas retributivas de la UAB como referencia. Para el gráfico que muestra la paridad según la rama académica, se han agrupado los departamentos, facultades y unidades de todas las universidades (cada centro ofrece datos en relación a ámbitos diferentes) en las cinco ramas de conocimiento que utiliza el Departamento de Investigación y Universidades de la Generalitat de Catalunya. A lo largo del artículo no se ha mencionado el ámbito de Ciencias experimentales de la UOC, aunque 'técnicamente' es el más masculinizado (1 hombre y 0 mujeres, es decir, 0% de mujeres). Se ha decidido obviarlo por la poca representatividad del dato.