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Angela Saini: "La extrema derecha busca en la ciencia apoyos para el racismo"

  • La periodista británica explora en su último libro la pervivencia del racismo científico del Nazismo a nuestros días.

  • Categorías racistas siguen latentes en la ciencia seria y rebrotan en contextos supremacistas.

Angela Saini, periodista británica autora de Superior. El retorno del racismo científico (Círculo de Tiza, 2021)

Angela Saini, periodista británica autora de Superior. El retorno del racismo científico (Círculo de Tiza, 2021) / Henrietta Garden

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Michele Catanzaro
Michele Catanzaro

Periodista

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La ciencia abjuró del racismo después del horror nazi. Esa teoría no aguanta ante el conocimiento moderno. Sin embargo, la periodista británica Angela Saini ha descubierto un grupo de investigadores de extrema derecha que la mantiene en vida. Categorías racistas siguen latentes también en la ciencia seria. Nacionalismo radical y supremacismo favorecen el rebrote del racismo científico. Así lo relata en su último libro, "Superior. El retorno del racismo científico" (Círculo de Tiza, 2021).

¿El racismo científico no se acabó con el nazismo?

Es una visión marginal, que la ciencia mayoritaria ignora, pero hay un núcleo duro de gente que la alimenta. Crean sus revistas, escriben libros, se citan entre ellos en redes sociales. Dan la impresión de que hacen ciencia legítima. 

¿Cómo se pueden reconocer?

Se hacen llamar realistas raciales. Usan conceptos como subespecies o biodiversidad humanas. Están conectados con la revista Mankind Quarterly

Los científicos racistas hablan de «realismo racial» o «biodiversidad humana».

¿Qué pasa en la ciencia seria?

En cierta medida la ciencia mayoritaria perpetúa ideas peligrosas. Durante la pandemia, algunas minorías tuvieron mayor tasas de mortalidad en Estados Unidos y en el Reino Unido. Algunos dijeron que el motivo era genético, cuando sabemos que no es así. 

¿Por qué perviven estos mitos?

Algunos científicos usan categorías sociales, como la raza o la clase, como si fueran categorías biológicas. Una gran parte de la diferencia entre humanos es cultural. Pero cuando no estás formado en los aspectos sociales, lo más fácil es acudir a lo biológico. 

¿La salud no está inscrita en los genes?

La idea de que el ADN es el plano de un individuo ha mostrado cada vez más limitaciones. Los genes no explican cómo vivimos. Sin duda no explican la desigualdad. Usamos los genes para evitar el duro trabajo necesario en los aspectos sociales. 

¿Esto afecta a la genética de poblaciones o al ADN antiguo?

Los genetistas de poblaciones no han dialogado lo suficiente con historiadores, arqueólogos y antropólogos ¿Podemos explicar la historia usando la genética? ¡Claro que no! Solo es una pieza del puzle. Tratamos los datos genéticos como si fueran infalibles y no lo son. Sin embargo, en la comunidad de genetistas de poblaciones hay una voluntad de entender los aspectos políticos de su trabajo y presentar mejor sus resultados.

Es difícil dividir a los humanos en grupos: somos homogéneos genéticamente.

¿Hay maneras de agrupar poblaciones que tengan sentido?

Cada agrupación será problemática, porque somos muy homogéneos genéticamente. No existen líneas divisorias naturales. Las diferencias se basan en asunciones culturales. Si vas a usar la raza como un criterio, deberías definirla muy bien. La gente habla de hispanos como si fueran un grupo genético, mientras que tienen una gran mezcla. Este nivel de imprecisión no se aceptaría en ninguna otra variable.

¿Qué opina sobre la genética de grupos aislados?

En pequeñas comunidades, con un alto nivel de matrimonios internos hay más abundancia de ciertas enfermedades. Pero es una excepción. A nivel continental, ese modelo no funciona. De hecho, incluso los grupos más aislados no son tan distintos genéticamente. 

¿Esas pequeñas diferencias no tendrán algún efecto?

Incluso si existieran, no explicarían nada. Mi familia es genéticamente distinta a la de mi vecino de casa, pero eso no dice nada de cómo vivimos. La gran mayoría de la diversidad genética es a nivel individual. Agrupar la gente es siempre un riesgo peligroso. Son categorías sociales, entonces la probabilidad de que correspondan a diferencias biológicas es cercana a cero. Si divides en dos grupos a la gente que está en una habitación, puede que encuentres alguna diferencia genética entre los dos, pero serán arbitrarias. 

Sin embargo, los afroamericanos tienen peor salud de sus conciudadanos blancos.

Claro. Es por razones sociales. Es importante investigar los determinantes sociales de la salud. Pero me preocupa cuando la raza se trata como una variable biológica. Es lo mismo que la clase social. A nadie se le ocurriría decir que la pobreza tiene causas biológicas. 

Cuidado con las identidades nacionales: mejor ciudadanía que pertenencia.

¿Por qué buscar diferencias?

Esa es la pregunta real. ¿Qué queremos demostrar con las diferencias genéticas, cuando no explican nada sobre nuestro carácter o la política? En última instancia, recuerda cómo los nazis usaban la identidad étnica: nosotros somos distintos y reclamamos esta tierra. Hay que tener cuidado también con las identidades nacionales. Nací en Londres, pero mi piel marrón hace que algunas personas no me consideren británica. ¿No sería mejor organizarnos alrededor de la idea de ciudadanía, más que la de quien pertenece y quien no?

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Usted alerta de que el racismo científico puede volver a brotar.

Ya ha brotado en varios países, gracias al nacionalismo blanco y al supremacismo racial. Hay muchísimas personas en la extrema derecha que buscan en la ciencia un apoyo para sus ideas. La idea étnica nazi de sangre y suelo, la veo aparecer en países de todo el mundo. Es un riesgo para las minorías, y para la democracia.