Pausa de hidratación

Ardor independentista en el Born

Junts demuestra su espíritu de sacrificio (y su disposición al martirio) con un acto bajo el sol en la hora más calurosa del día

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Rafael Tapounet

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Permítanme comenzar con un mensaje dirigido al responsable de diseñar la campaña electoral de Junts: reconocemos la potencia simbólica del lugar y de la fecha, pero organizar un acto en la durísima plaza del Born a las doce del mediodía de un 18 de julio es una temeridad, si no algo peor. Ya entendemos que la cosa va de denunciar que la represión española de los derechos nacionales de Catalunya es una tradición que viene de antiguo, pero, ¿no creen que exponer a un grupo de personas, algunas de ellas de cierta edad, a un calor tan extremo es añadir a sus aflicciones un castigo innecesario?

Para más inri, el primer turno de palabra corresponde a Quico Homs, que no es un hombre que se distinga por su laconismo y que, además, asegura que va a hablar “en la condición de abogado”. Así que, cuando promete al sofocado público que se expresará “de manera telegráfica”, todos los presentes saben que esta vez el telegrama va a costar una pequeña fortuna. No defrauda.

Trias desencadenado

Le sigue en el uso del micrófono Xavier Trias, que desde que perdió la alcaldía de Barcelona en la tarde del 17 de junio anda desencadenado y habla con el desahogo de quien cree que no le pueden pasar ya más calamidades. “Yo he vivido la justicia en primera persona y sé lo que es la justicia en este país: ¡un desastre!”. Trias recuerda que en 2014 fue víctima de un montaje calumnioso urdido desde el Ministerio del Interior y desvela que tras las elecciones del 28-M tuvo una conversación con Alberto Núñez Feijóo en la que le recalcó que el PP tenía “una obligación ética” hacia su persona. Del caso que le hizo Feijóo da fe que el alcalde sea hoy Jaume Collboni.

Nogueras, Turull, Trias y Homs escuchan la intervención grabada de Puigdemont.

Nogueras, Turull, Trias y Homs escuchan la intervención grabada de Puigdemont. / Efe / Enric Fontcuberta

Interviene también Jordi Turull, que se presenta como “una de tantísimas víctimas que hay en Catalunya desde que el 3 de octubre de 2017 el rey de España decretó el ‘a por ellos’ judicial” y que viene a defender la idea de que los independentistas no viven en un Estado de derecho. Durante su acalorado discurso, la organización reparte abanicos.

Apática 'senyera'

Llega entonces el momento del vídeo de Carles Puigdemont. Probablemente, quien concibió el acto pensó en la efigie del 'expresident' hablando desde una pantalla tras la que ondeara briosa la gran 'senyera' que corona el mástil de 17,14 metros situado a las puertas del Born Centre Cultural. Lamentablemente, aquí no corre ni un soplo de aire y la bandera, apática, se niega a flamear. Puigdemont tiene cara de haber dormido poco. Afirma que España “no puede ofrecer seguridad jurídica” y, refiriéndose a la actividad de los independentistas en el exilio, apunta que han dejado “de jugar en el Bernabéu y con árbitros españoles”, un símil sobre el que el llamado ‘caso Negreira’ tal vez proyecta alguna sombra.

Cierra la candidata Míriam Nogueras, que sostiene, con un optimismo hasta ahora poco justificado, que “cada no” del Estado español se convierte “en un paso adelante” de la lucha independentista. “Si no quieren caldo, démosles dos tazas”, añade. Con media platea al borde del síncope por calor, la amenaza suena especialmente ominosa.

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