Fideos a la cazuela

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EL PERIÓDICO

Quim Bertomeu

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Un candidato en campaña electoral tiene que hacer prácticamente de todo, pero si se trata de cocinar, el president Pere Aragonès respira aliviado. "Hoy será de las mejores cosas que habré hecho en esta campaña. La cocina me relaja", cuenta. EL PERIÓDICO le ha citado en una cocina del mercado de La Boqueria para preparar un plato mientras mantiene una conversación distendida. Sobre política y sobre la vida. Su receta elegida son unos fideos a la cazuela. El president también es de arroces, pero ha considerado que, en unos fogones desconocidos y con cámaras y focos en la sala, optar por los fideos era jugar sobre seguro. "Los fideos son un plato para una cocina que no es la mía. Me aseguro que puedan quedar bien". En campaña no conviene correr riesgos innecesarios.

Empieza por dorar la carne, primero las costillas y luego las salchichas. A Aragonès cocinar le viene de familia. Hay que remontarse a su bisabuela Victoria, cocinera en una casa de familia adinerada en Calella. Ella le pasó sus habilidades a su hija Maria Teresa y ahora el nieto trata de seguir la estela. Los fogones le relajan tanto que, en la campaña de 2021, se puso a cocinar a las tantas de la madrugada tras uno de los debates televisivos. Aquel día descansó poco, pero de aquella campaña acabaría siendo presidente. "Con toda la adrenalina no podía dormir. Me relaja cuando algún día estoy nervioso y no puedo conciliar el sueño", apostilla.

Los momentos duros del cargo

Mientras se dora la carne, empieza a preparar el sofrito con la cebolla de ingrediente principal. Aragonès empezó su camino hacia la presidencia, aun sin saberlo, una fría mañana de 2018 en la cárcel de Estremera. Fue entonces cuando el presidente del partido, Oriol Junqueras, le dijo que, si la secretaria general, Marta Rovira, también acababa en la cárcel, le tocaría a él asumir el peso de la formación. Rovira no acabó entre rejas, pero sí en Suiza. "Cuando te lo pide una persona que está encarcelada no tienes margen de decir 'ahora no me va bien'", expone. Quemó etapas rápidamente hasta convertirse en candidato de ERC y luego president. Asegura que nunca se ha arrepentido, aunque alguna vez haya pensado "porque 'coi' me he liado con esto". Sus momentos más duros en el cargo, las restricciones por covid en las navidades de 2021 o las restricciones por la sequía porque son temas que "afectan a muchísima gente".

El president Pere Aragonès cocinando unos fideos a la cazuela para EL PERIÓDICO.

El president Pere Aragonès cocinando unos fideos a la cazuela para EL PERIÓDICO. / Zowy Voeten

Mientras la cebolla se fríe, añade un poco de agua, un "truco" que le explicó un cocinero para que no se queme ni se enganche el sofrito. Él, que llegó al cargo con 38 años, es el presidente más joven de la Generalitat restaurada. Explica que en tiempos de la Generalitat medieval aún hubo alguno de menos edad, pero que no cuenta. "La esperanza de vida hace 500 años no era la misma y no sería equiparable", se ríe. Se pone serio para explicar que la juventud "no es una barrera" para ejercer el cargo, pero "tienes que demostrar las cosas dos veces". "Hay la idea falsa, desde mi punto de vista, que si tienes más edad has tenido más experiencia que habilita para ser president", dice. Él, reivindica, fue cocinero antes que fraile. Diputado, conseller y vicepresidente antes de llegar a la plaza de Sant Jaume.

Aprendí a tirar cerveza sin haberme bebido muchas antes

Pere Aragonès

— President de la Generalitat

Esa larga lista de experiencias en las instituciones es, a la vez, un talón de Aquiles que a veces han intentado usar en su contra: haber estado siempre en política. Aragonès no reniega de ello. "Es bueno que haya gente que entienda como funcionan las administraciones, los partidos y la dinámica política. Lo que yo he mamado desde las juventudes de ERC tiene una parte muy importante de activismo político", se reivindica. Un activismo que, de joven, le hacía estar en todas las salsas. Desde pegar carteles con cola a montar barras de cerveza en las fiestas del pueblo. "Aprendí a tirar cerveza sin haberme bebido muchas antes", cuenta.

La vida tras la presidencia

Ahora al sofrito le añade carne de ñora, una variedad de pimiento. Una de las preguntas que tiene casi prohibido responder en campaña es qué hará si no es reelegido presidente. Se trata de no mostrar debilidad porque, en el fondo, estaría contemplando una eventual derrota. Cocinar le relaja, pero no le hace bajar la guardia. "No lo he pensado, la verdad", asegura. Solo se le escapa un pensamiento: cuando ya no sea president acabará "la tesis doctoral pendiente de hacer" sobre la Mancomunitat de Catalunya. El president es abogado, pero luego se especializó en historia económica. Está casado y tiene una hija de cinco años, Clàudia.

El president Pere Aragonès cocinando para EL PERIÓDICO.

El president Pere Aragonès cocinando para EL PERIÓDICO. / Zowy Voeten

Llega el momento de echar el caldo de pollo y los fideos. Lo hace a ojo porque alega que, total, nadie le ha dicho cuantos comensales están invitados. No le falta razón. Cuando se le pregunta con qué otro candidato iría a comer responde que podría hacerlo con todos menos con la extrema derecha. No se le puede reprochar que sea rencoroso porque, si tiene que mojarse algo más, se decanta por Jéssica Albiach. No pesa en su decisión que los Comuns le tumbaran los presupuestos y le forzaran a convocar elecciones. Son los dos de la "misma generación" y en "etapas vitales" próximas. Su idea es que se puede competir sin perder las formas ni las relaciones. El símil que elige es este: "Si tú tienes una tienda de fruta y a, lado hay otra, te saludas con él. Mirarás a cuando pone el precio para que no te la pegue, pero ya está. Somos personas".

A todo el mundo que empieza a implicarse políticamente le digo: quítate Twitter del móvil

Pere Aragonès

— President de la Generalitat

El "toque final" de la receta es echarle bull negro. En su cocina, explica, no falta la música. Cuando se le pregunta cuál, elige a Joan Dausà y Oques Grasses. El último disco del grupo de Roda de Ter lo ve "un poco más tecno", pero también le gusta. Donde le gusta menos adentrase es en las redes sociales porque el "debate es muy agrio". Aquí, aunque se reivindique como un president joven, lanza un consejo de veterano: "A todo el mundo que empieza a implicarse políticamente le digo: quítate Twitter del móvil. Tenlo operativo, ten a alguien que lo pueda gestionar, pero no lo gestiones tú directamente". Él decidió hacerlo así porque no le gustaba acabar "rallado" por "una tormenta de Twitter". Para Aragonès, la vida y la cocina, sin demasiadas estridencias. Llega el momento de comer. No quedará nada en el plato.

Fideos a la cazuela

Ingredientes:

  • 500 gramos de fideos nº 2
  • 300 gramos de costilla de cerdo (cortada)
  • 6 salchichas de cerdo
  • 3 cebollas medianas
  • Carne de ñora
  • 1 litro de caldo de pollo
  • 5 láminas muy delgadas de bull negro
  • sal, aceite y pimienta

El president de la Generalitat y candidato de ERC a la reelección, Pere Aragonès, preparó para EL PERIÓDICO unos fideos a la cazuela. Empezó dorando la costilla de cerdo primero, y las salchichas después. Luego siguió con el sofrito: pasó la cebolla por el minipimer y, ya en la paella, añadió un punto de agua para que no se le quemara. Añadió también al sofrito carne de ñora, una variedad de pimiento. Eligió fideos del número dos y caldo de pollo. Importante que no sea de jamón porque, entonces, habría "demasiado cerdo" en la receta. El truco final, según recalcó el president, es añadirle bull negro. El president preguntó si habría ránking del mejor plato de los candidatos. No lo habrá, pero quedó satisfecho al ver que sus fideos volaron en seguida. Entre periodistas, fotógrafos, asesores presidenciales y trabajadores de la Boqueria, no quedó rastro.

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