Espacio verde

La Sindicatura de Barcelona exige una comisión de control para las obras de la L8 de FGC en Joan Miró

Las protestas junto a Joan Miró crecen con el inicio de la tala, pese a la reducción de árboles sacrificados

El solar que deja la tala, junto a la calle de la Diputació.

El solar que deja la tala, junto a la calle de la Diputació. / MANU MITRU

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La Sindicatura de Greuges de Barcelona ha recomendado al Ayuntamiento promover la creación de una comisión de seguimiento de las obras de la L8 de los Ferrocarriles (FGC). Sería una comisión conjunta con la Generalitat, que garantizaría la transmisión de información sobre la evolución de las obras y las posibles incidencias. El defensor hará un seguimiento de las actuaciones municipales para garantizar que, una vez se terminen las obras en la zona del parque de Joan Miró, se repongan los espacios verdes y se trasplanten los árboles talados en el parque de Joan Miró.

Las afectaciones por las obras de la L8 de los FGC en el parque de Joan Miró han comenzado este mes de agosto, cuando este espacio verde se convirtió en el espacio logístico de los trabajos para alargar la línea de los ferrocarriles entre las estaciones de la plaza de Espanya y Gràcia.

Según información del Ayuntamiento, entre la vegetación dañada, hay 94 elementos: 75 pinos y 19 árboles más, la mitad de los cuales son palmeras.

La Sindicatura indica que Barcelona se encuentra muy por debajo de los estándares deseables en cuanto a superficie de verde urbano por habitante: la OMS indica que debería ser de 10-15 m², mientras que en la ciudad barcelonesa es de menos de 7 m². Justamente en el distrito del Eixample, donde tienen lugar las obras, la cifra es aún más negativa: menos de 2 m² de verde urbano por habitante.

Para trabajar en la mejora de este déficit, la Sindicatura ha recordado al consistorio que debe hacer todos los esfuerzos posibles para que los parques y jardines de la ciudad estén en buenas condiciones y se puedan utilizar para favorecer la calidad de vida y el bienestar de la ciudadanía. Así, la Sindicatura hará el seguimiento y control de estas obras para que no se pierda ningún espacio verde en la ciudad.

A su parecer, el Ayuntamiento, aunque no sea el responsable directo de las obras de ampliación de la línea L8 de FGC, debe velar para que las incidencias en la ciudadanía sean mínimas y se resuelvan lo antes posible. En concreto, las obras ocasionarán afectaciones en el carril bici del lado norte de la Gran Vía, la parada doble de bus, la parada del aerobús, y otras calles como la carretera de la Bordeta y la avenida del Paral·lel.

En cuanto a la duración prevista de la ocupación del espacio donde se instalará la zona logística, el consistorio no proporcionó una respuesta concreta a la Sindicatura de Greuges de Barcelona. Por este motivo, aunque se informó al vecindario que la afectación sería por dos años y medio, visto lo que ha ocurrido en otras obras de gran envergadura, la Sindicatura quiere remarcar la conveniencia de ajustarse al máximo a los plazos de ejecución y, si es posible, intentar reducirlos por todos los inconvenientes que supondrán para el vecindario más cercano.