Fort Pienc

Barcelona cerrará cada noche un interior de manzana por quejas vecinales

El Antic Camí d'Horta, en Roger de Flor con Ali Bei, se convierte en un lugar de acampada de personas sin hogar

Barcelona desencalla en una precisa carambola el futuro de la Escola Entença, los bomberos y el Clínic

El acceso al interior de manzana.

El acceso al interior de manzana. / Marc Asensio Clupes

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Es uno de los interiores de manzana más singulares de la ciudad y, de un tiempo a esta parte, motivo de constantes quejas por parte de los vecinos, tanto los que desde sus ventanas tienen vistas sobre ese espacio con aspecto de desfiladero, como de las fincas del entorno. Durante el último consejo de barrio de Fort Pienc, celebrado el pasado miércoles, una de cada dos peticiones de palabra fueron para denunciar la degradación de ese interior de manzana, de modo que el concejal del distrito, Jordi Valls, prometió más vigilancia y limpieza si cabe, pero, sobre todo, un especial celo para cerrar de noche el lugar.

Para los vecinos, el conflicto radica en que el interior de manzana Antic Camí d’Horta (ese es su nombre, porque es una porción de aquel sendero que unía la Barcelona amurallada con el desaparecido pueblo de Sant Joan d’Horta) se ha convertido en un refugio de acampada de personas que viven en la calle. Allí duermen, pero también allí se asean, lavan la ropa, la tienden y, llegado el caso, hacen cualquier necesidad fisiológica. Con ese ambiente, pocos llevan sus niños a jugar al Antic Carrer d’Horta.

El interior de manzana está enmarcado por las calles de Roger de Flor, Ali Bei, Napols y Ausiàs March, pero en realidad es como un corte en diagonal de toda esa manzana, pues recorre lo que en su día fue aquel camino, que más adelante dibuja sobre el mapa de la ciudad el paseo de Maragall.

Ropa tendida, al fondo, una escena habitual de este jardín urbano.

Ropa tendida, al fondo, una escena habitual de este jardín urbano. / Marc Asensio Clupes

Durante el consejo de barrio, los vecinos reclamaron que una mayor eficacia policial, pero sobre esta cuestión tuvo que puntualizar el concejal del distrito que la ley no es una barra libre en este sentido y que, por lo tanto, no se puede llevar a la fuerza a nadie a ningún lugar por el simple hecho de no tener un techo y dormir en la calle. El cierre de las puertas cuando caiga el sol será, eso sí, un medida paliativa.

 Hubo más quejas en la asamblea, algunas vinculadas con la sobrecarga de tráfico de autocares que padece el barrio por la presencia de la adyacente Estació del Nord. También por un cierto descontrol en el tránsito de patinetes y bicicletas por la zona peatonal de la carretera de Ribes. No obstante, el interior de manzana se llevó la palma. Fue puesto como paradigma de la degradación progresiva de Fort Pienc. Según algunos vecinos que intervinieron, sin precedentes. En realidad, aquella zona fue, antes de que allí se construyera la escuela, el mercado y la biblioteca del barrio, un ‘cul-de-sac’ mucho peor, un conjunto de calles en los que la prostitución en las aceras era habitual y en la que el Antic Camí d’Horta era el punto en el que se culminaban las transacciones de sexo por dinero. La inversión realizada desde entonces es notable, y quizá especialmente por eso el retroceso en calidad de vida es especialmente molesto. En último término, la degradación de ese jardín es algo a tener en cuenta a la vista de que el actual equipo de gobierno pretende abrir una treintena de espacios similares en este mandato, como alternativa a la estrategia de los ejes verdes.