17 años en precario

Los vecinos de la Ronda Sant Antoni acusan al ayuntamiento de "despacificar" ahora esa avenida

Vecinos protestan contra la tala de árboles en la plaza del Dubte por la remodelación de la Ronda Sant Antoni

Parlament con Borrell, la primera plaza de Barcelona diseñada 'a la carta'

La Ronda de Sant Antoni, ya en fase intensa de obras.

La Ronda de Sant Antoni, ya en fase intensa de obras. / ZOWY VOETEN

Carles Cols

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Enojo de gran calibre de la plataforma vecinal que durante años ha negociado con el Ayuntamiento de Barcelona la futura Ronda de Sant Antoni. De forma unilateral, el gobierno de Jaume Collboni ha introducido cambios en el diseño pactado. Ha abierto el grifo a un cierto volumen de tráfico privado, ha trasladado las zonas de carga y descarga a la frontera territorial del Raval y ha decidido utilizar asfalto allí donde antes estaba previsto colocar un pavimento más fresco. Son 17 ya los años en que la ronda, primero por la presencia del mercado provisional de Sant Antoni, y después porque quedó la plataforma de cemento que lo acogía, ha sido un paseo íntegramente pacificado, no arreglado, pero si pacificado. Es por eso que los vecinos acusan ahora al ayuntamiento de ‘despacificar’ la Ronda de Sant Antoni.

El enfado es por los cambio, pero también por las formas. La comisión de seguimiento a través de la cual se había negociado hasta hace unos meses la reurbanización de ese espacio que cose el Eixample con Ciutat Vella dejo de reunirse, y solo fue agendada de nuevo el pasado 12 junio gracias a la mediación del Síndic de la ciudad. La reunión se llevó a cabo y, para sorpresa de los vecinos, fue solo informativa, no de debate. Se explicaron las modificaciones del proyecto y no pudieron ser discutidas.

La calzada de la ronda, en obras.

La calzada de la ronda, en obras. / ZOWY VOETEN

Los cambios son esencialmente tres. El primero de ellos es el traslado de la carga y descarga a la acera del Raval. En el proyecto inicial estaba en la del Eixample. Para los vecinos, eso mermará la capacidad de ese lado de la calle como lugar de paseo y juego infantil. Lo curioso del caso es que durante 17 años ese trasiego de mercancías se ha llevado a cabo con la fórmula clásica de Eixample, en las esquinas, con los transportistas llevando desde ahí en carros con ruedas los paquetes hasta su destino. A su manera, los ejes verdes han introducido una nueva dinámica en la ciudad, el puerta a puerta literal, que ahora afectará también a la Ronda de Sant Antoni, con los problemas que eso comporta si no se respetan los horarios establecidos.

El segundo cambio que irrita a los vecinos es que en el proyecto original, en el tramo comprendido entre la plaza del Pes de la Palla y Riera Alta, solo podían circular por la zona los vehículos de servicios y emergencias. Con la modificación se permite el tráfico vecinal, un concepto nulamente respetado en Barcelona salvo que haya obstáculos físicos que lo impidan.

La tercera modificación esta emparentada, en cierto modo, con la anterior. Sostiene ahora el ayuntamiento que el pavimento elegido para la calzada por la que circularán los autobuses, entre Urgell y Villarroel, no es el adecuado, por cuestiones de durabilidad y porque es refractario al uso de pinturas con los que señalizar, por ejemplo, los pasos de cebra. Se empleará, dice ahora el gobierno municipal, asfalto, o sea, un material ingrato los meses de verano. Pero los vecinos añaden que, además, será toda una invitación a los vehículos privados a pasar por ahí, porque lo identificarán como su espacio natural.