'Superilla Sant Antoni'

Parlament con Borrell, la primera plaza de Barcelona diseñada 'a la carta'

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Barcelona 05/06/2024 Barcelona Detalles de ambiente en la plaza del cruce de Parlament con Borrell, en la superilla de Sant Antoni. super illa, urbanismo táctico eixample Fotografía de Ferran Nadeu

Barcelona 05/06/2024 Barcelona Detalles de ambiente en la plaza del cruce de Parlament con Borrell, en la superilla de Sant Antoni. super illa, urbanismo táctico eixample Fotografía de Ferran Nadeu / FERRAN NADEU

Carles Cols

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¿Cómo será la futura plaza del cruce de Parlament con Borrell? Quizá la respuesta que más se acerque al centro de la diana es que será una plaza a la carta o, si se prefiere dicho de otro modo, al gusto de consumidor. Anunció a finales de mayo el Ayuntamiento de Barcelona que destinará en 2026 ocho millones de euros a convertir en definitivo el llamado urbanismo táctico con el que nació la ‘superilla’ de Sant Antoni. Es decir, que la etapa de pintura en el pavimento, mobiliario de quita y pon y jardineras sin raíces en el suelo quedará superada gracias a una notable inversión económica, pero lo interesante es qué propuesta ha ganado el concurso de ideas convocado, en especial, el de esa plaza de Parlament con Borrell, la quinta de los ejes verdes o primera si se acepta que, aunque en precario, fue cronológicamente la primera.

El concurso lo ganó el estudio de arquitectos Jokin-Leku, un detalle de suma importancia para lo que será ese cruce de calles en 2027, o sea, cuando finalicen las obras. Un año y medio está previsto que duren los trabajos. Ese mismo estudio arquitectónico fue el responsable del anterior proyecto, el táctico, una urbanización que nació atacado por la incomprensión que causó el uso de pintura amarilla para parcelar el espacio peatonal, pero que al cabo de poco tiempo cobró una inusitada vida que acalló las críticas. “Cómo iba a aflorar la vida social y cuáles serían las dinámicas de uso de ese espacio era algo difícilmente predictible”, reconoce ahora, pasado un tiempo, Jokin Santiago, coautor del diseño. La cuestión es que a lo largo de los últimos cinco años se ha dedicado a documentar, casi con una mirada de etólogo, qué sucedía entre esos cuatro chaflanes. Hasta tomó apuntes al natural que luego, en el despacho, pasó a limpio.

Los apuntes de la vida cotidiana en la plaza, obra de Jokin Santiago.

Los apuntes de la vida cotidiana en la plaza, obra de Jokin Santiago. / JOKIN-LEKU

Las largas partidas de ajedrez, con público a veces, el yoga al aire libre, ¡los niños jugando sin pantallas!, la lectura de un libro a la sombra de los árboles... Son cuatro de las muchas maneras en las que los vecinos han hecho suyo el lugar. Había que conocer ese cruce de calles (de hecho, clónico de cualquier otro de la trama del Eixample) para recelar de que algo así fuera viable. Ocurrió, sin embargo, mucho más que eso, señala Santiago. Allí se ha bailado, se ha merendado y, quizá lo más importante, se ha normalizado entre los vecinos de mayor edad que es un buen lugar en el que encontrarse y confraternizar. Barcelona, y en especial el Eixample, es muy hostil a partir de ciertas edades. La plaza ha demostrado ser un lugar bastante balsámico en este sentido.

Momento de relax a la sombra, en Parlament con Borrell.

Momento de relax a la sombra, en Parlament con Borrell. / FERRAN NADEU

La cuestión es que el proyecto ganador en el concurso de ideas es, lo dicho antes, un menú al gusto del consumidor, todo lo contrario de una cata a ciegas. Hay una vieja historia urbanística de Barcelona que merece la pena repescar justo en este punto. Atañe a otra plaza de la ciudad, la de Lesseps. Los vecinos pelearon con uñas y dientes para que la reurbanización largamente prometida diera satisfacción a sus demandas. El anterior diseño, una suerte de ‘scalextric’ viario realmente espantoso, necesitaba ser superado y creían que la oportunidad de que se les escuchara no debía ser menospreciada. La anécdota no se refiere a cómo terminó ese pulso entre vecinos y responsables municipales, sino a un detalle anterior que había que ir a buscar a las hemerotecas. La solución del ‘scalextric’, ingrata a más no poder con los peatones, fue consensuada en su día con los vecinos del barrio.

Las mesas de ajedrez, en un uso alternativo.

Las mesas de ajedrez, en un uso alternativo. / FERRAN NADEU

Pocas veces o casi nunca se tiene la oportunidad de culminar un proyecto, como ocurrirá ahora con la plaza de Borrell con Parlament, con la certeza de saber qué necesitan realmemte sus usuarios. Es más, tal y como recuerda Santiago, hasta puede considerarse que todos los grandes tiestos en los que ha crecido la vegetación estos últimos años han sido en la práctica viveros de las plantas que reverdecerán ese cruce en el futuro. La cifra absoluta de especies que habitarán la plaza y a qué familias botánicas pertenecerán está aún por decidir. Lo que sí queda claro en el proyecto es que la apuesta por la renaturalización del lugar es literalmente profunda, más o menos como la acometida en un eje verde como Consell de Cent, porque el subsuelo será tratado para que hídricamente sea un buen hogar de las plantas y, sobre todo, de los árboles de más que se plantarán.

La movilidad de los ciclistas, uno de los retos a resolver en el nuevo diseño de la plaza.

La movilidad de los ciclistas, uno de los retos a resolver en el nuevo diseño de la plaza. / FERRAN NADEU

El pavimento será continuo de fachada a fachada, nada no experimentado en otros lugares de la ciudad, pero el proyecto de Jokin-Leku va, según se mire, un poco más allá. Explican los responsables de este estudio de arquitectura que han tenido muy presente incluso lo que sucede en los bajos de las fincas, de manera que el propio escaparate de la frutería ponga una nota de color cada mañana cuando el dueño abre la tienda y, también, que los ventanales del Federal Café sea una difusa frontera de qué es plaza y qué es bar. La referencia a ese establecimiento es interesante porque a su manera fue el pionero de la transformación de Parlament en una calle de moda.

Toda esta transformación, que está previsto que dé comienzo recién estrenado el 2026, deberá ser compatible, eso sí, con el paso de vehículos, un tráfico en principio menor, pero con espacio disponible suficiente para todo tipo de servicios, por ejemplo, los camiones de los bomberos de la ciudad. Nada, en definitiva, que no sea posible hoy con el diseño táctico.