SEGUNDA EN UN MES

La Escola de la Concepció de Barcelona amanece con otra jeringuilla junto a la puerta del alumnado infantil

Un alumno de la Escola de la Concepció se pincha con una jeringuilla al salir de clase

La jeringuilla, a las ocho de la mañana, antes de que se abran las puertas del colegio.

La jeringuilla, a las ocho de la mañana, antes de que se abran las puertas del colegio. / M.

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La Escola de la Concepció ha amanecido esta mañana con otra jeringuilla usada junto a la puerta de acceso de los alumnos más pequeños del colegio, los de tres a seis años. Es el segundo episodio de este tipo en poco más de un mes. La anterior ocasión, el pasado 10 de abril, el susto fue mayor. En aquella ocasión, la aguja estaba dentro de una jardinera y un niño se pinchó con ella. La herida no era grave, pero fue trasladado a un centro hospitalario para iniciar un proceso de seguimiento y tener así la garantía de que no sufría ningún habitual entre los drogodependientes.

La respuesta del Ayuntamiento de Barcelona en aquella ocasión fue que se pondría en marcha un dispositivo para prevenir una repetición de aquel suceso, es decir, localizar a quien usa ese acceso lateral a la escuela para inyectarse droga por la noche y acompañarle para que su adicción no suponga un peligro para otras personas. Por lo visto, el plan no ha surtido efecto.

La jeringuilla, a la izquierda de la jardinera.

La jeringuilla, a la izquierda de la jardinera. / M.

El lugar en el que ha sido encontrada la jeringuilla, a los pies de una jardinera, es un lugar controvertido. Está junto a la puerta de la escuela, también junto a la puerta de acceso al Mercat de la Concepció y, sobre todo, está justo a las espaldas de la sede del distrito del Eixample. La arquitectura de ese espacio, sin embargo, es suficientemente desafortunada como para que sea un lugar de habituales incivismos.

A través de la calle de Aragó, justo antes de llegar a Bruc, hay un acceso al párking del mercado. La rampa de bajada deja una estrecha zona de paso a los peatones. Es un lugar fuera de todas las miradas. A veces amanece con botellas de alcohol, habitualmente con excrementos de perro. Las jeringuillas solo han sido dos, pero son la punta del iceberg de un problema aún no resuelto. Es cierto que los servicios municipales de limpieza se aplican a fondo para dejar en condiciones ese pasaje, pero las horas, resulta evidente, no son las adecuadas para evitar sustos a los padres y madres que llevan a sus hijos a la Escola de la Concepció, con el añadido de que esa zona suele ser empleada como una suerte de patio al salir de clase, porque los del centro educativo son minúsculos.

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