Fiesta reivindicativa

Medio centenar de entidades firman un manifiesto en defensa del parque Joan Miró

El parque de Joan Miró de Barcelona cumple 40 años y camina al desolladero

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

“En el entorno de la plaza de España hay grandes zonas de asfalto y hormigón que podrían ser utilizadas para no tener que cargarse una arboleda que tiene más de 40 años y que es el pulmón verde de los barrios cercanos”. Es una de las conclusiones del manifiesto que una cincuentena de entidades han firmado y que ha sido leído en el parque de Joan Miró para reclamar a la Generalitat y al Ayuntamiento de Barcelona que no utilice este jardín de la Esquerra del Eixample para instalar un área logística de las obras de la futura línea L8 de los Ferrocarrils. De llevarse a cabo ese plan inicial, un tercio del parque quedaría inutilizado durante años y sería necesario retirar alrededor de 170 árboles.

Entidades vecinales, asociaciones de padres y madres de una decena larga de escuelas, sindicatos, plataformas de defensa de la bicicleta, Greenpeace, ‘castellers’, grupos ecologistas…, y así, hasta 51 firmantes, se han dado cita en Joan Miró para celebrar una fiesta reivindicativa para exigir la reconsideración del proyecto tal y como lo tiene previsto la Generalitat. El propósito de la administración es unir a través de un túnel bajo el Eixample las dos redes de Ferrocarrils, la del Baix Llobregat y la de las dos comarcas del Vallès. No se oponen a esa mejora de la red del transporte público los firmantes del manifiesto. En lo que discrepan es en el lugar elegido para establecer un centro de operaciones de las obras, o sea, el parque, que sería utilizado, entre otras cosas, para extraer miles de toneladas de tierra del subsuelo.

“En el contexto de la emergencia climática que estamos viviendo, es imprescindible priorizar la protección y la creación de zonas verdes en las ciudades”, expone el manifiesto. Hay alternativas perfectamente válidas para llevar a cabo las obras sin dañar al parque, explican las entidades vecinales, pero, por comodidad o por no comprender que los tiempos han cambiado, se ha preferido no ubicar ese centro logístico en los terrenos de la Fira, al otro lado de la plaza de España, o en algún tramo de calle actualmente ocupado por el tráfico de vehículos privados.