Manifiesto de la Esquerra de l'Eixample

Enric Granados estalla con el uso "obsceno y destructivo" de la zona

Enric Granados, los búnkers del Eixample

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A1-174792471.jpg / Manu Mitru

C. C.

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Quince reivindicaciones ha presentado la Associació de Veïns i Veïnes Esquerra de l’Eixample al nuevo gobierno municipal para poner fin a lo que sus miembros definen como “la degradación de la calidad de vida en las calles eufemística y desafortunadamente tildadas de tensionadas”. Se refieren a Aribau, Balmes, Muntaner y, por encima de las demás, Enric Granados, donde “la proliferación descontrolada de terrazas de bares, de locales de ocio, y de negocios de carácter especulativo que no aportan nada a la calidad de vida de los residentes ni a la ciudad, ha llegado a un punto obsceno y destructivo”. Con la llegada del calor, las molestias en esas calles se acentúan. Hay más gente en las terrazas y los vecinos que no disponen de aire acondicionado se ven obligados a abrir las ventanas, aunque incluso con ellas cerradas el ruido impide dormir.

En el manifiesto, la entidad vecinal reclama al nuevo alcalde, Jaume Collboni, y al nuevo concejal del Eixample, Jordi Valls, que se debata sobre la policía de barrio, la ordenanza de medio ambiente, la ordenanza de terrazas, la caducidad de las licencias, la corresponsabilidad de los dueños de los negocios, la recuperación del comercio de barrio, la pacificación del tráfico, los horarios de cierre, el silencio nocturno y sobre los pisos turísticos. Exigen también que se retiren las mesas de terraza que se concedieron de forma extraordinaria con motivo de la pandemia, que se revise el plan de usos para hacerlo más estricto y que se lleve a cabo una rigurosa auditoría sobre cuál es la calidad de vida a la que están sometidos los residentes en sus hogares.

Las reivindicaciones no son realmente nuevas. Si lo es el tono. “La voracidad del depredador especulativo no tiene límites ni conoce barreras”, dicen, y eso contrasta con “la pobre capacidad de la administración para regular, inspeccionar y sancionar las malas prácticas”. Los vecinos han solicitado ya una reunión con el nuevo responsable del distrito para exponerle hasta qué punto se produce un uso “abusivo y descarado” del espacio público ·con finalidades avariciosas y especulativas”.