De la fábrica a la oficina:

Por Carles Planas Bou

Cada vez más empresas optan por integrar la inteligencia artificial (IA) a sus negocios. La promesa de una mayor productividad y eficiencia ha seducido ya a un 46% de las compañías españolas, según un informe de Randstad Research y la patronal CEOE, y a un 32% en Catalunya, según datos de ACCIÓ. El despliegue de estas tecnologías, que van del aprendizaje automático a los modelos generativos, se ha disparado en los últimos años, coincidiendo con la fiebre comercial desatada por los gigantes del sector.

Las pequeñas y medianas empresas (pymes), cruciales para la economía nacional, no quieren ser ajenas a esta oportunidad. Sin embargo, la IA no siempre está al alcance de su mano y su adopción está plagada de dudas tanto técnicas como sobre la estrategia empresarial. Con esta guía intentamos dar respuesta a las principales preguntas que se hace el sector.

¿Qué es la inteligencia artificial?

La IA es una disciplina de las ciencias computacionales que se centra en el desarrollo de programas informáticos capaces de ejecutar operaciones y resolver problemas. Mediante cálculos matemáticos, esos algoritmos dotan a las máquinas de capacidad para recopilar grandes cantidades de datos, aprender de ellos y aplicar ese conocimiento, tareas generalmente asociadas a la mente humana.

Sin embargo, múltiples expertos señalan que IA es un término hiperbólico y equívoco, pues no es ni inteligente ni artificial. Primero porque la fuerza de estos sistemas reside en establecer patrones y después porque, a pesar de su aura etérea, la extraen de trabajo realizado por humanos, como pueden ser libros, vídeos o piezas musicales.

¿Cómo se aplica a la empresa?

La IA tiene múltiples usos en el contexto empresarial. Estos son los principales:

Sistemas de análisis de datos

Identifican patrones y tendencias de un negocio, una información crucial para que el empresario pueda tomar mejores decisiones estratégicas. También permiten conocer mejor a los clientes para así realizar campañas de marketing personalizadas que puedan ser más efectivas.

Sistemas predictivos

La IA puede predecir tanto la demanda de productos como posibles fallos en la cadena de producción, lo que permite una gestión más eficiente de los inventarios y mejorar el mantenimiento de la maquinaria para, en caso de un problema, el periodo de inactividad sea el menor posible.

Automatización de procesos

La IA permite la realización de todo tipo de actividades limitando la intervención humana. Ese proceso se aplica tanto en la robótica industrial como en tareas administrativas rutinarias, como la gestión de facturas o el análisis de currículums para agilizar la selección de personal. La automatización también se aplica en la atención al cliente mediante el uso de chatbots que responden a dudas las 24 horas del día.

IA generativa

El uso de estas herramientas puede agilizar el proceso creativo y la comunicación empresarial. Desde la generación de código informático para crear una página web al uso de chatbots que resuman textos largos y los adapten al formato deseado. La IA generativa también puede usarse como un asistente para aportar ideas sobre el diseño de producto.

¿Qué oportunidades ofrece?

El creciente interés empresarial por la IA se debe a las oportunidades prometidas, que pasan por una gestión más eficiente que acelere la productividad, reduzca los costes y aumente los beneficios. Los informes de consultoras tecnológicas como Accenture, Salesforce o McKinsey apuntan en esa dirección. Sin embargo, otras como Deloitte advierten que, sin una alineación de las métricas previa al despliegue de la IA, las empresas tienen problemas por crear un "impacto significativo".

¿Es necesario usar IA para tu negocio?

No, no todas las empresas tienen que lanzarse ciegamente a los brazos de la IA. Antes deben estudiar si se adapta a sus necesidades específicas. "A nivel estratégico, las empresas deben reflexionar profundamente sobre si sus procesos son susceptibles de mejorar con IA y si serán más competitivas", ha señalado Joan Mas, director del área digital del centro tecnológico Eurecat. Esa reflexión también debe ser económica, sospesando si la inversión que exigen estos sistemas será viable.

¿Cómo debes preparar a tus empleados?

La IA ha pasado de encargarse de tareas repetitivas y manuales a labores cada vez más sofisticadas. Esa evolución supondrá un reto para millones de trabajadores que pueden verse afectados, según estimaciones de la OCDE. Ante ese escenario de cambio constante, muchas empresas ya están apostando por el reskilling, la formación de sus empleados para que puedan adaptarse a nuevos roles. Un análisis de Harvard Business Review señala que esa reconversión es un "imperativo estratégico" en el que deben implicarse los directivos empresariales, adoptando cambios profundos en la gestión interna, pero también las instituciones públicas.

¿Qué sectores pueden verse más beneficiados por la IA?

En España, la adopción de la IA en procesos de producción se concentra, por ahora, en empresas del sector de la información (el 41,9%) y del tecnológico (el 41,3%), según el último informe del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI). Esa tendencia también se repite en Estados Unidos, si bien su censo recoge un porcentaje de empleo mucho menor. Bajo esos paraguas hay empresas de sanidad, finanzas, telecomunicaciones, ingeniería, transportes, medios de comunicación, abogacía o informática. En todas ellas, el análisis de datos es crucial. El impacto sobre la productividad y la fuerza de trabajo depende de las tecnologías de IA usadas.

¿Qué retos comporta el uso de IA?

La adopción empresarial de la IA no está exenta de riesgos, pues estos sistemas pueden fallar. Para garantizar que operan de forma correcta es necesario que estén supervisados por humanos. Los técnicos encargados de su gestión deben velar por un despliegue transparente y responsable que respete la protección de los datos y asegure su calidad. En el caso de que se usen aplicaciones de IA generativa, la revisión humana de los contenidos será crucial para evitar sesgos y errores que comprometan los resultados, así como posibles violaciones de la propiedad intelectual. Es por eso que, más allá del conocimiento técnico, la empresa que quiera adoptar la IA también debe adoptar una perspectiva ética.

Un reportaje de El Periódico

Textos:
Carles Planas Bou
Diseño:
Andrea Hermida-Carro
Coordinación:
Ricard Gràcia