Rusia

Los empresarios húngaros detrás de la OPA a Talgo poseen estrechos lazos con el Kremlin

La prensa independiente húngara describe a András Tombor, principal promotor de la operación, como un aristócrata que "mira hacia Moscú"

El empresario presionó en 2016 para que el metro de Budapest, embarcada en un proceso de renovación, adquiriera vagones de la empresa rusa Metrovagonmash

El empresario András Tombor ofrece una rueda de prensa, en el Hotel Wellington, a 3 de julio de 2024, en Madrid

El empresario András Tombor ofrece una rueda de prensa, en el Hotel Wellington, a 3 de julio de 2024, en Madrid / Gustavo Valiente - Europa Press

Marc Marginedas

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Nunca lo han ocultado, pero su 'transparencia' no les ha librado de la sospecha. Magyar Vagon, cuyo accionista mayoritario es el consorcio húngaro Ganz-Mavang Kft, que aspiraba a adquirir el 100% de las acciones de Talgo mediante una OPA calificada en su día de "amistosa" por la dirección de la propia compañía española, mantuvo estrechos vínculos empresariales con Transmasholding (THM), el principal fabricante de locomotoras y equipamiento ferroviario de Rusia. Presionada por Bruselas y Washington, la compañía rusa acabó abandonando el accionariado de la húngara al inicio de la guerra de Ucrania, pero el Gobierno español y sus servicios secretos consideran que persisten los vínculos y la transacción de información entre ambas, según ha informado este miércoles el diario El País.

"Talgo es una empresa estratégica en un sector clave para la seguridad económica, la cohesión territorial y el desarrollo industrial", destacó en un comunicado el Ministerio de Economía al anunciar el veto gubernamental a la adquisición, al tiempo que hablaba de "riesgos insalvables para la seguridad nacional y el orden público". Al hablar en estos términos, las autoridades españolas daban a entender que temían precisamente que, en plena guerra de Ucrania, la tecnología de cambio de ancho de vía de Talgo, que permite en la actualidad a los trenes españoles circular por una red ferroviaria con dos anchos de vía diferentes como la española, acabara cayendo en manos de Rusia, un país considerado como una amenaza para la seguridad y la estabilidad de la Unión Europea.

Andras Tombor, cabeza visible de la oferta, es presentado por la prensa independiente de Hungría como un hombre próximo a Rusia, y sus reiterados desmentidos ante la prensa española no han logrado disipar dicha imagen. Estrechamente vinculado a Fidesz, el partido en el poder en el país magiar, la fuerza política más comprensiva con la Rusia de Vladímir Putin de toda la Unión y asesor de seguridad del primer ministro Víktor Orbán en sus primeros gobiernos, ha sido descrito en Index, uno de los últimos medios independientes del país, como un hombre que "mira a Moscú, pero que vive la vida de los aristócratas occidentales".

Simpatía al Kremlin

Otro episodio que, según los medios húngaros, demuestra sus simpatías hacia Rusia se produjo en 2016. En ese año, Tombor se hizo con una participación en la agencia de publicidad Atmedia. Desde esta atalaya, presionó para que el metro de Budapest, embarcado en un proceso de renovación de un millar de vagones, adquiriera material de la empresa rusa Metrovagonmásh, precisamente filial de la mencionada Transmashholding. En su primera reacción tras conocerse la decisión del Gobierno español, Tombor admitió que "en el pasado" mantenía "relaciones industriales con una empresa rusa", relaciones que, según él, se finiquitaron "después del inicio del conflicto bélico".

El empresario, aficionado al polo, fundó en 1996 el Matthias Corvinus Collegium, una escuela de élite que busca formar a los miembros de la élite húngara y donde se promueven los valores ultraconservadores. En su página web se estipula que apuestan "por el patriotismo, el respeto a la tradición y una aproximación realista a los asuntos mundiales". El rotativo The New York Times describe en un artículo a la institución educativa como "parte del plan de Orban de crear una sociedad más nacionalista", al tiempo que recoge la opinión de voces críticas que denuncian que la fundación que gestiona la institución ha llegado a recibir el equivalente a 1.700 millones de dólares de las arcas públicas de Hungría.

Gyorgy Bacsa, alto ejecutivo de la bolsa de Budapest y otro de los formantes de la OPA, mantiene también vínculos con Rusia. Bacsa es director ejecutivo de MOL, grupo integrado húngaro de petróleo y de gas que a su vez posee el 51% de Baitex, empresa que produce 3.900 millones de barriles de petróleo en Rusia. Dicha circunstancia le ha valido restricciones bancarias debido a sanciones, afectando a sus resultados económicos en 2022, según informa El Economista.

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