Tecnología

La industria catalana del videojuego esquiva (con rasguños) una crisis que ya se ha llevado por delante 30.000 puestos de trabajo

La incertidumbre global salpica también a los videojuegos: el sector rebaja sus expectativas de crecimiento en Catalunya tras años de euforia

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El estudio de desarrollo de videojuegos que la compañía IO Interactive (IOI) tiene en Barcelona

El estudio de desarrollo de videojuegos que la compañía IO Interactive (IOI) tiene en Barcelona / MANU MITRU

Paula Clemente

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“Han aparecido en prensa historias de que nuestra compañía puede estar enfrentándose a dificultades. Esas noticias y rumores son absolutamente ciertos. Tras 20 años siendo un referente de la industria del videojuego en España y con 15 juegos publicados, es altamente probable que nuestra compañía cierre pronto”. Dani Sánchez-Crespo coge aire, pero no se toma ni un segundo antes de entrar en materia y contar, en un vídeo que acumula unas 21.000 visualizaciones, qué ha pasado para que un titán de la escena barcelonesa del videojuego como Novarama anuncie su propio ‘Game over’.

El co-fundador de este estudio del que salió Invizimals contará que intentaron crecer de la mano de Tencent (el gigante chino líder actual del sector a nivel global, según su volumen de ingresos) y apostando por un tipo de juego que resultó estar mucho más concurrido de lo que creían y en un momento en que el sector estaba a las puertas de una “crisis descomunal”. “La industria aún no era muy consciente de la que se nos estaba viniendo encima, de la ola de saturación de mercado y de despidos que se venían”, reflexiona Sánchez-Crespo en este vídeo, en el que queda claro su diagnóstico: "Hay un exceso de capacidad de producción”.  

Un registro publicado en Obsidian calcula que entre 2022, 2023 y en lo que llevamos de 2024, se han recortado en torno a 30.400 puestos de trabajo en todo el mundo. Son 11.000, solo en la primera mitad de este año, más de los que hubo en todo 2023. “En el sector se habla de que es la peor crisis que se ha vivido nunca” –afirma una de las fuentes consultadas para este reportaje–, pero Barcelona se ha llevado, de momento, apenas unos rasguños, más o menos significativos en función del tipo de empresa a la que se pregunte.

Estos rasguños son los cierres de la coreana Smilegate (aunque el sentir generalizado es que esto no tiene tanto que ver con esta crisis, como con ua mal planteamiento de entrada), de Novarama y de los pequeños Lince Works o Baby Robot Games además de la decena de estudios independientes que, según ha podido saber EL PERIÓDICO, han tenido que hacer recortes de personal o enfrentan serias dificultades financieras. También se ha notado en las previsiones de crecimiento del sector, que esperaba estar facturando a estas alturas 1.000 millones de euros y se quedará, según estimaciones de la Generalitat, por debajo de los 800 millones. La perspectiva es, además, incrementar el volumen de negocio conjunto un 5%, cuando se venía de rondar los 15% y 20%.

Pero crecer, cuando hay zonas del mundo despidiendo a miles, suena a victoria. “Es ingenuo pensar que Barcelona está menos afectada que el resto del mundo, pero sigue siendo un lugar atractivo, que está muy bien posicionado y con muchas empresas grandes que, cuando quieran crecer, lo harán en sitios donde tengan oficinas sólidas”, apuntan desde DeviCAT, la asociación que representa los intereses de las empresas de videojuegos de Catalunya, donde también reconocen que ha ayudado que la cadena de mando de estas grandes compañías siga estando en sus ciudades de origen.

Los detonantes de la crisis

Dos filiales catalanas de dos importantes estudios extranjeros y una tercera empresa que acaba de instalarse en Barcelona, hacen lectura parecida de la situación.

En primer lugar, porque los elementos que desatan esta crisis quedan algo lejos de la capital catalana. David Polfeldt, director de Bespoke Pixel, última incorporación al abanico de estudios emblemáticos de Barcelona, explica que el gran problema ha sido que el interés que cogió este sector durante los confinamientos pandémicos coincidió con una época en que los tipos de interés estaban tan bajos que se podía invertir en casi cualquier cosa sin mucho riesgo. Y que, luego, todo cambió demasiado rápido. “Es un ciclo que ha sido muy corto, quizás si hubiesen pasado 10 años [entre esto y la subida drástica de los tipos de interés] lo hubiesen conseguido, pero han pasado 3 años y en 3 años no se construye un buen juego”, resume este directivo.

A esto se suma, a su juicio, una importante caída de la productividad asociada al teletrabajo y también que, al poder trabajar desde cualquier parte del mundo, se han empezado a pagar sueldos estadounidenses por vivir en Portugal o España, por ejemplo. “No subieron los ingresos, pero los salarios se dispararon, y ahora vemos un colapso masivo”, contextualiza.

Las fortalezas de Barcelona

¿Por qué en Barcelona apenas se ha percibido semejante cuadro? La apuesta de Polfeldt es que la ciudad contaba con un ecosistema sólido y saludable antes del covid y que, siendo los sueldos más bajos que en otras partes, no tiene sentido recortar puestos de trabajo aquí. La directora de operaciones de Paradox Tinto, Sonia Linares, subraya lo mismo, así como que el músculo ganado por este sector se ha logrado sin cometer locuras. “Si nos empezamos a creer mejores de lo que somos y empezamos a subir sueldos de forma desorbitada, sin entender nuestras fortalezas y debilidades, y sin saber donde nos encontramos en el contexto socioeconómico, la ola nos puede azotar bien, pero si ponemos cabeza, no nos tiene por qué venir semejante tsunami”, opina esta desarrolladora.

A todo esto, el director de Io Interactive Barcelona, Eduard López, agrega la experiencia de las empresas catalanas buscándose la vida para hacer tirar hacia adelante sus proyectos, en un sector que era muy discreto hace no tantos años. Y también que en ningún caso se cuestiona el futuro de este sector. “Cada vez hay más gente que juega y eso es una oportunidad, el mercado seguirá creciendo”, reflexiona López, que ve oportunidades, incluso, en el vacío que se genera y que está convencido de que a todos los trabajadores afectados les será tremendamente fácil encontrar un nuevo estudio en el que continuar su carrera. “No hay una preocupación de que esto vaya a peor, porque la mirada está puesta en el futuro”, sentencia.

En cualquier caso, ninguno de ellos niega que ha ayudado estar en el momento adecuado en el lugar indicado: al haber adquirido su fama Barcelona hace tiempo, la mayoría de compañías que han ido aterrizando en Catalunya lo han hecho con sus proyectos –y la inversión asociada a ellos– bien amarrada. Es decir, con unos fundamentos lo suficientemente sólidos como para que el temporal no los haga tambalear. 

Pequeños veleros ante un tsunami

Claro que, es precisamente su condición de gran compañía o de desarrolladoras de juegos con una marca ya consolidada lo que hace que no vean peligrar su futuro. En cambio, “para la pequeña y mediana empresa ha sido un tsunami”, cuenta Alexis Corominas, director de Piccolo Studio, una empresa que se ha asomado hasta dos veces al cierre en los últimos meses. “Es un tema de escala y de tipología de empresa, la gente que necesita financiación para vivir está petando”, reflexiona este responsable. “Si tienes producto como para vivir de él, igual con un pequeño ajuste basta, porque al ser un transatlántico la crisis no afecta tanto, pero a los pequeños veleros, esto se nos lleva por delante”, lamenta.

Polfeldt reconoce que, probablemente, el 30% de los estudios actuales no existirán en un año y que, de no tener bien asegurada la inversión para abrir su nuevo estudio (tiene capital, dice, para llegar tranquilamente al lanzamiento del juego que preparan), no lo hubiese puesto en marcha ni en Barcelona ni en ninguna parte. “Los inversores dicen estar extremadamente reacios, ahora mismo, a invertir en cualquier cosa, esencialmente porque tienen que limpiar todas las malas inversiones que han hecho los años previos”, admite.

La buena noticia es que tanto él, como otros de sus colegas, han empezado a detectar movimientos en sentido contrario, así que auguran un principio de remontada el año que viene y la normalización, para el siguiente. “La audiencia está creciendo globalmente, más gente juega a más juegos que nunca y esto es síntoma de industria saludable: tienes a una audiencia que está dispuesta a pagar por tu producto”, concluye este exUbisoft y actual director de Bespoke Pixel. "Sencillamente, necesitamos alejarnos de algunos de los malos hábitos que hemos cogido”. 

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