El segundo Perte agroalimentario distribuirá 100 millones de fondos europeos

El Ministerio de Industria y Turismo ha hecho públicas este jueves las bases para la que será la segunda convocatoria del proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica (Perte), una iniciativa que se nutre con fondos europeos Next Generation y que, en esta ocasión, tiene previsto repartir 100 millones de euros entre las propuestas que resulten finalmente escogidas.

La segunda fase del PERTE Agroalimentario empezará a rodar en agosto

A esos 100 millones en subvenciones, ha informado el ministerio, se sumarán más adelante otros 200 millones en préstamos provenientes de una adenda que se publicará más adelante. De momento, el plazo de presentación de solicitudes se abrirá el próximo 19 de septiembre y los proyectos interesados podrán formalizar su candidatura hasta el 21 de octubre.

Segundo PERTE agroalimentario para "no perder ni un euro en la ejecución de los Next Generation"

En la primera convocatoria, Catalunya lideró las adjudicaciones, al hacerse con 53,4 millones de los 183,6 millones distribuidos por Industria, es decir, un 29% del total. En concreto, según datos del departamento que dirige Jordi Hereu, del montante que recibieron las propuestas catalanas, un total de 10,6 millones correspondieron a préstamos y 42,8 millones a subvenciones.

El segundo lugar lo ocupó la Comunidad Valenciana, con 37,6 millones, y el tercero Galicia, con 14 millones. En total, en esa primera cita del Perte se adjudicaron 183,6 millones de euros a 292 proyectos de 233 empresas que contribuirán a la modernización, sostenibilidad, y digitalización del sector agroalimentario en España.

Teresa Carles, Ametller y Heura, entre las empresas

Entre los proyectos beneficiados por estos fondos en Catalunya, destacan los liderados por compañías como Teresa Carles Flax&Kale y Ametller Origen.

Ametller Origen lidera un PERTE agroalimentario de 14 empresas para invertir 44 millones

Teresa Carles Flax&Kale, que cuenta con un centro de I+D y con plantas de producción en Bell-lloc d'Urgell (Lleida) y en Fraga (Huesca), lidera un grupo de 25 empresas españolas de siete comunidades que constituyeron un consorcio llamado From Green to Healthy y que han recibido ayudas por un total de 27,6 millones. Este consorcio incluye proyectos con un presupuesto total de 111 millones y entre sus objetivos destacaba la creación de unos 1.500 empleos.

El grupo Teresa Carles factura 5,6 millones en 2023 con las ventas de su kombucha

Otro de los proyectos destacados es el liderado por Ametller Origen, que aglutina a un total de 14 empresas. Esta iniciativa, bautizada como Agrosmed, se presentó al Perte con 22 proyectos primarios y una inversión global prevista de 43,9 millones. En su caso, el objetivo es la digitalización de la cadena de valor, la gestión sostenible de residuos, la reducción del uso de combustibles fósiles para sustituirlos por fuentes de energía renovable, la trazabilidad del producto, la reutilización y recirculación del agua en los procesos productivos, así como la dinamización de la actividad económica y creación de empleo en zonas rurales.

Ametller eleva su facturación hasta los 550 millones de euros y ya controla un 3,5% del mercado catalán de la distribución alimentaria

Nuevas variedades de plantas, insectos o algas

Otra iniciativa con presencia catalana es el proyecto AccelerEat, liderado por la compañía valenciana Vicky Foods y que reúne a 18 empresas de nueve comunidades autónomas, entre ellas siete grandes compañías, como Bunge, o pymes como la catalana Carinsa y que busca acelerar la producción sostenible de nuevos alimentos e ingredientes basados en materias primas alternativas (como nuevas variedades de plantas, insectos, algas, hongos, microorganismos o subproductos), con menor huella ecológica, y obtenidos a través de procesos innovadores y sostenibles de transformación industrial.

Un cuarto consorcio empresarial con participación catalana es el proyecto Alimtech, que pretende desarrollar soluciones para hacer frente a necesidades como el alto desperdicio alimentario, el gran consumo de combustibles fósiles o el alto grado de contaminación de los procesos tóxicos de la industria.