Aviación

Wizz Air agita el sector aéreo con una tarifa plana para volar de forma ilimitada durante un año

La aerolínea húngara lanza una oferta por 599 euros sin límite de vuelos, pero que está agotada para los aeropuertos españoles

Avión de Wizz Air.

Avión de Wizz Air. / Joan Castro

Sara Ledo

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Golpe sobre la mesa en la compra de billetes de avión. Después de la expansión de los tiques ‘low cost’, liderados por aerolíneas como Ryanair o EasyJet, la firma húngara Wizz Air lanza una nueva estrategia comercial basada en el cada vez más extendido modelo de suscripción, que garantiza unos ingresos constantes durante un periodo de tiempo a la compañía, al tiempo que ofrece un precio más asequible para los usuarios.

El programa en cuestión se llama Wizz Air ‘all you can fly’ (viaja todo lo que puedas), tiene un coste anual de 599 euros y permite coger vuelos tantas veces como se quiera dentro de los orígenes y destinos de su red internacional, que cuenta con casi mil rutas en Europa, norte de África, Medio Oriente y Asia.

En el caso de España, Wizz Air cuenta con vuelos desde Madrid, Barcelona, Alicante, Bilbao, Castellón, Fuerteventura, Girona, Gran Canaria, Ibiza, Málaga, Palma de Mallorca, Santander, Sevilla, Tenerife, Valencia y Zaragoza que enlazan con destinos europeos como Sofía (Bulgaria), Bucarest (Rumanía), Milán y Roma (Italia), Budapest (Hungría), Tirana (Albania), Viena (Austria), Kutaisi (Georgia), Belgrado (Serbia) o Katowise (Polonia), entre muchos otros.

Como cualquier contrato, la oferta tiene 'letra pequeña' que es importante tener en cuenta. Por un lado, además de la cuota anual, los suscriptores tienen que pagar una tarifa de 9,99 euros por cada vuelo que realicen en concepto de gastos. Por otro, solo se pueden reservar vuelos con tres días de antelación o menos (a partir de 72 horas de la fecha del viaje), lo que dificulta la planificación de las vacaciones porque ese plazo afecta también al vuelo de vuelta. Esto último implica que, si no se quiere arriesgar a quedarse en el destino más tiempo del deseado, solo se podrá organizar una miniescapada si se reservan ambos trayectos al mismo tiempo.

La tarifa no incluye equipaje de mano ni facturado, sino solo un artículo personal (similar a una mochila), lo que supone que cualquier servicio añadido supone un coste adicional para los clientes. “(Para la aerolínea) estos ingresos adicionales son esenciales para mantener la rentabilidad, ya que la tarifa base del billete podría no cubrir los costos operativos si el número de vuelos de los pasajeros de la tarifa plana es muy elevado”, explica el catedrático de gestión del transporte aéreo en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Pere Suau-Sanchez, quien afirma que es “improbable” que este modelo se pueda exportar a otras compañías con una estructura de costes más alta que Wizz Air, como podría ser el caso de Iberia.

Los primeros vuelos bajo este modelo de suscripción se pueden empezar a disfrutar a partir del próximo 25 de septiembre. Pero su disponibilidad se limita a 10.000 membresías, lo que ha provocado que apenas queden plazas después de varios días con una oferta de lanzamiento que reducía su precio a 499 euros, a excepción de suscripciones con origen en algunos aeropuertos polacos, húngaros, búlgaros o albanos. Todos los aeródromos españoles tienen colgado el cartel de ‘agotado’ en la página web de la aerolínea.

Otras experiencias

Este modelo de suscripción no es completamente nuevo en la industria de la aviación, según Pere Suau-Sanchez. Aerolíneas como la norteamericana JetBlue y la noruega Wideroe han experimentado con estrategias similares en el pasado, pero “con resultados mixtos, en gran parte debido a la dificultad de equilibrar la atracción de nuevos segmentos de mercado sin canibalizar la demanda existente”.

Tampoco es la primera vez que Wizz Air pone en marcha un servicio de este tipo, pues cuenta con una suscripción de 119,99 euros al mes para realizar un vuelo de ida y vuelta (o 59,99 solo ida), pero en ese caso la oferta no incluía a España, sino que se limitaba a vuelos con origen en Austria, Bulgaria, Chipre, Hungría, Rumanía, Reino Unido, Emiratos Árabes Unidos, Albania, Polonia e Italia.

Suau-Sanchez cree que el nuevo producto podría ser una "maniobra" de la aerolínea "para aumentar rápidamente sus reservas de efectivo en el corto plazo” después de encontrarse en una “posición financiera delicada” por su “expansión agresiva en las primeras fases del pos-COVID-19”. “Sin embargo, este tipo de modelo solo es sostenible si se logra atraer a nuevos clientes que de otro modo no volarían, en lugar de simplemente ofrecer vuelos ilimitados a sus pasajeros frecuentes”, añade.

Modelo ‘millenial’

Desde hace décadas los usuarios han pagado cuotas periódicas por acceder a determinados servicios como el gimnasio o las revistas coleccionables, pero cada vez más este modelo afecta a más categorías de bienes y servicios. Es el caso de los billetes de avión, pero también de los coches, la ropa o la comida a domicilio. Su expansión tiene mucho que ver con la nueva generación de los millennials (personas nacidas entre 1982 y 1994), que empezaron a “anteponer disfrutar a poseer” con las plataformas de vídeos en 'streaming' y que se ha extendido "al resto de generaciones", según explica la profesora colaboradora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, Neus Soler.

La profesora colaboradora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, Neus Soler, cree que la oferta de Wizz Air puede tener sentido para “un perfil muy determinado de personas” que viajen con el equipaje mínimo y tengan mucha flexibilidad, como los viajeros de negocios o los nómadas digitales. La propia aerolínea afirma que su oferta se dirige a “aventureros espontáneos y nómadas digitales que viajen más de seis veces al año” que pueden adaptar sus decisiones sin límite de tiempo. “Serán a los únicos a los que segurísimo que les sale a cuenta, pero al resto es difícil", reconoce Soler.

"Además, tampoco es que puedas viajar a cualquier lugar porque los destinos están muy acotados al tratarse de una aerolínea que opera a ciertas zonas de Europa, aunque cada vez se está expandiendo a más lugares. Pero de momento tampoco es que puedas ir a dónde quieras y cómo quieras”, afirma Soler. “El reto de la empresa será cómo se gestiona todo esto porque si lo que quiere es fidelizar clientes tiene que generar una buena experiencia de usuario, no vale solo con conseguir que la gente se suscriba”, añade. Entre los grandes desafíos estará la gestión del 'overbooking'.