Alemania

La coalición de Scholz pacta 'in extremis' el Presupuesto de 2025 y mantiene el freno a la deuda

Socialdemócratas, verdes y liberales logran un acuerdo escasas horas antes de cumplirse el plazo para remitir el proyecto de ley a las cámaras legislativas

El canciller Olaf Scholz (centro), el ministro de Asuntos Económicos, Robert Habeck (derecha), y el de Finanzas, Christian Lindner, en una imagen de julio de 2024.

El canciller Olaf Scholz (centro), el ministro de Asuntos Económicos, Robert Habeck (derecha), y el de Finanzas, Christian Lindner, en una imagen de julio de 2024. / Kay Nietfeld / DPA via AP

Gemma Casadevall

Gemma Casadevall

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El tripartito entre socialdemócratas, verdes y liberales del canciller Olaf Scholz logró superar su disenso en torno a los presupuestos de 2025, con un acuerdo 'in extremis' que, además, permitirá respetar el freno a la deuda, un principio irrenunciable para el ministro de Finanzas, Christian Lindner. A escasas horas de cumplirse el plazo para cursar el proyecto de ley a las cámaras baja y alta (Bundestag y Bundesrat, respectivamente), el portavoz del Gobierno, Steffen Hebestreit, anunció este viernes que se había alcanzado un acuerdo entre las delegaciones de los tres partidos coaligados.

"El precepto del freno a la deuda se mantiene y no habrá desviaciones", aseguró el portavoz de Scholz. El plazo para tramitar el proyecto de ley al Parlamento expiraba la medianoche de este viernes. En medios alemanes se cruzaban los comentarios acerca del persistente disenso entre el ministro de Economía y Protección del Clima, el verde Robert Habeck, y el titular de Finanzas y líder del Partido Liberal (FDP).

Lindner, vencedor

Que el comunicado de Hebestreit haga hincapié en el mantenimiento del freno a la deuda da a Lindner rango de vencedor en la pugna interna. Queda por ver, sin embargo, cómo se resolverá el agujero presupuestario de 12.000 millones de euros, que teóricamente deberá quedar en 4.500 millones en virtud de la evolución económica o los proyectos que no llegen a implementarse en el año en curso.

Originariamente, el agujero "reconocible" cuando se presentó el primer esbozo, a principios de julio, se estimó en 17.000 millones. Entonces se calculó que podría bajar a 9.000 millones o incluso a 5.000 millones, de aplicarse un recorte general del gasto público propugnado por los liberales. Pero ello contrariaba tanto a los Verdes como al Partido Socialdemócrata (SPD) de Scholz, ya que habría implicado recortes en ayudas a la familia y en subsidios básicos, que de por sí están a mínimos.

Nuevo curso político

El acuerdo anunciado por el portavoz garantiza cierta paz a Scholz, quien el lunes se reincorporará a su mesa de trabajo tras tres semanas de vacaciones. En ese receso no estuvo tampoco del todo en 'off'. El primero de agosto compareció ante los medios para informar de la “aportación alemana” al histórico intercambio de prisioneros entre Estados Unidos y Rusia -es decir, la entrega a Moscú de un sicario ruso condenado por asesinato de un opositor checheno en Berlín-. Al margen de esta intervención, estuvo en permanente contacto con sus dos ministros clave para tratar de desbloquear los presupuestos de 2025, Habeck y Lindner.

Desde el inicio de la legislatura, en 2021, Habeck y Lindner vienen exhibiendo sus diferencias en lo político, ideológico, económico y hasta personal. Habeck ha sacrificado muchas aspiraciones verdes en medio de la crisis energética precipitada por la guerra en Ucrania -y el adiós acelerado al gas barato ruso-. Lindner ha defendido a muerte la joya de la corona de su ideario: el freno a la deuda, el instrumento constitucional que limita el endeudamiento a un máximo 0,35 % del PIB. Durante cuatro años quedó en suspenso, ya que la Constitución lo permite ante emergencias como la pandemia y los estragos económicos que se le derivaron. Para 2025 no habrá perdón, sostiene Lindner, mientras que Habeck insiste en reformar ese instrumento constitucional que, para los Verdes, es obsoleto e impide la recuperación económica. Alemania cerró 2023 en recesión y que volvió a registrar una contracción del PIB en el segundo trimestre.

Scholz, Lindner y Habeck habían anunciado ya un primer esbozo de su acuerdo en julio. Comparecieron entonces cansados, pero sonrientes, tras 80 horas de reuniones, repartidas en 23 sesiones. El volumen total era de 480.000 millones de euros, con un nuevo endeudamiento de 44.000 millones de euros. Poco después surgieron las advertencias de los expertos económicos, que consideraron “irrealizable” el proyecto sin saltarse la norma del freno a la deuda.

La línea roja liberal

El factor clave en los disensos del tripartito es el freno a la deuda. Socialdemócratas, verdes y la mayoría de los expertos económicos recomiendan su reforma o incluso su abolición. Argumentan que Alemania necesita renovar infraestructuras esenciales, red de ferrocarriles, autopistas y hasta Defensa, lastrados por décadas de austeridad.

Para Lindner, eso es una línea roja. El ministro de Finanzas está ya encarrilando la campaña de su partido para las generales. Los pronósticos son pésimos para el tripartito, pero especialmente para los liberales: a los socialdemócratas se les sitúa en tercera posición en intención de voto, con un 15 %. El primer lugar es para la oposición conservadora, con el 30 %, y el segundo para la ultraderecha, con un 18 %. Los verdes caerían al 12 % y los liberales están en la cuerda floja del 5 %, mínimo para obtener escaños. Lindner debe defender su perfil político y, a su parecer, este depende de la defensa del freno al gasto público.