Mercado financiero

La inversión en empresas españolas cae un 35% en la primera mitad del año

Los acuerdos anunciados pero aún no materializados, así como la mejora de las condiciones del mercado, hacen prever a Spaincap, incluso así, un cierre de año mejor que el anterior

La inversión de los dos últimos años apuntala un cambio de tendencia: menos ladrillo y más tecnología

Una conferencia con varios inversores de capital riesgo en el 4YFN 2024, el espacio para 'startups' del MWC

Una conferencia con varios inversores de capital riesgo en el 4YFN 2024, el espacio para 'startups' del MWC / JORDI OTIX

Paula Clemente

Paula Clemente

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La primera mitad de 2024 ha estado marcada, aún, por la prudencia, así que el balance de la inversión hecha en empresas hasta ese punto del año no pasará precisamente a la historia. Sin embargo, los profesionales involucrados en esta actividad están optimistas: tienen señales más que sólidas de que la rueda girará con fuerza hasta final del año y que la fotografía final acabará, como mínimo, pareciéndose mucho a la del año pasado. Y esto, visto lo visto, es una buena noticia.

SpainCap, la asociación española que agrupa a casi tres centenares de firmas de inversión, inversores institucionales y proveedores de servicios en este terreno, ha presentado este martes su estimación de lo ocurrido entre enero y junio de 2024. Según sus datos, en este periodo se han cerrado 445 acuerdos de inversión (un 3% menos que en el mismo periodo del año pasado) por valor de 1.916 millones de euros (un 35% menos).

La inmensa mayoría son transacciones cerradas por fondos de capital riesgo, es decir, que han ido dirigidos con toda probabilidad a 'startups'. En este espacio, la inversión se mantiene relativamente estable en relación con lo que ocurría el año pasado, bajando de los 592 millones de euros de entonces, a los 551 millones de euros ahora. Sin embargo, hay una diferencia negativa de un 7% que, sumada a que también se han cerrado un 8% menos de operaciones, indica que la actividad sigue en la especie de letargo en la que entró el año pasado.

¿Por qué, entonces, tanto optimismo? Primero, por lo que está atado, pero no materializado. En este primer semestre se han anunciado operaciones como la compra de Idealista o la Oferta Pública de Adquisición (OPA) de los fondos ISQ y TDR sobre Applus, entre otross acuerdos que elevarán los 1.900 millones de euros acumulados hasta ahora en unos 5.000 millones de euros, según los cálculos de SpainCap. Es decir que, como mínimo, la cifra final rondará los 6.700 millones de euros que se movieron en 2023.

Pero, además, todo apunta a que las condiciones del mercado mejorarán entre julio y diciembre, lo que tendría que hacer que esta bolsa de acuerdos sumara otros nombres.

Apetito inversor internacional

"Las mejores condiciones para el desarrollo de la actividad avanzan un segundo semestre de máximos", ha confirmado la presidenta de SpainCap, Elena Rico. "El dinamismo del mercado se ha reflejado en el número de inversiones cerradas gracias a las numerosas oportunidades y la madurez del mercado –añade–. Es una realidad que el sector de capital privado en España se ha consolidado como uno de los mercados más atractivos en el entorno europeo y afronta el cambio de ciclo en una posición sólida".

De hecho, un último elemento que decanta favorablemente la balanza es la impresión de que el apetito inversor de los fondos internacionales sigue fuerte: "Cuentan con abundante liquidez y mantienen el interés en España", asegura esta asociación, frente a unos datos que parecen indicar lo contrario. Según esto, las gestoras de fondos internacionales han cerrado algunos acuerdos más este primer semestre, pero por la mitad de volumen que hace un año. De hecho, quien parece estar tirando del carro son las firmas nacionales, que han canalizado un 3% más de dinero.

Las mayores operación cerradas en este periodo son la compra de Terrats Medical por parte del fondo estadounidense Avista por 300 millones de euros, la inversión del fondo barcelonés Miura Partners en Proclinic (aunque, a la práctica, se trata de una inyección de 200 millones de euros en una empresa que ya era suya) y la adquisición de VivaGym por parte de la firma también norteamericana Providence Capital.