Sector financiero

BBVA-Sabadell sería el primer banco en Barcelona, Alicante, Melilla y León

Análisis internos del banco de origen vasco destacan que las concentraciones no tienen por qué reducir la competencia

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La CNMV admite a trámite la opa del BBVA sobre el Banco Sabadell

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Agustí Sala

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La entidad fruto de una fusión entre BBVA y Banc Sabadell, tal como pretende la entidad de origen vasco, la situaría como primera en cuatro provincias que son la de Barcelona, con el 37% de cuota de mercado; la de Alicante- en cuya capital tiene actualmente su sede social el Sabadell-, con el 35%; Melilla, con el 33% y León, con el 19%.

Con estos datos, informes internos de BBVA tratan de desactivar las distintas advertencias surgidas desde el tejido empresarial y social catalán en contra de esta operación por considerar que reducirá y encarecerá la oferta de financiación para las pymes, una de las especialidades del Sabadell.

Al igual que afirmó la presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani Fernández, el aumento de la concentración no tiene por qué reducir la libre concurrencia, interpretan. En concreto Fernández afirmó: “No necesariamente más entidades bancarias suponen más competencia”.

En todo caso, las 13 cámaras de comercio catalanas, con la de Barcelona al frente, han sido las últimas en mostrar su disconformidad con el proyecto por entender que dificultará el acceso de las pymes a la financiación. Este aviso se suma al de la patronal Pimec o el Col.legi d'Economistes de Catalunya. Muchos de los críticos se basan en un análisis de la Autoritat Catalana de la Competència (Acco), en el que no tiene competencias en este proyecto, y que alertaba del "incremento del grado de concentración" y del "riesgo elevado para la competencia en el sector bancario en Catalunya" que puede suponer esta operación.

Los análisis internos por parte del banco de origen vasco destacan que a pesar de la fusión defendida seguiría habiendo en España y en Catalunya una elevada oferta competitiva. La nueva entidad sería la segunda por detrás de CaixaBank, a los que se suma el Santander y otras entidades de menor dimensión. Al contrario de lo que denuncian los críticos, los defensores de la unión entienden que la evolución histórica revela un comportamiento similar en la concesión de créditos ente entidades fusionadas y no fusionadas.

Los defensores de la operación, a la que se ha opuesto también el Gobierno, que tiene la última palabra en la autorización de la fusión, aseguran que la integración tampoco reducirá el crédito sino que supondría unos 5.000 millones más al año en España.

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