Jornada sobre los Next Generation

La Airef rebaja la previsión de impacto de los fondos europeos sobre la economía hasta el 1,1% del PIB en 2024

La primera estimación de este organismo rondaba el 2,7%, pero el retraso en su ejecución ha ido aguando sus proyecciones

Barcelona ha ejecutado ya el 47% de los fondos Next Generation que gestiona

La presidenta de la Airef, Cristina Herrero, este junio.

La presidenta de la Airef, Cristina Herrero, este junio. / Europa Press

Paula Clemente

Paula Clemente

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

De haber salido todo a la perfección, los fondos europeos Next Generation tendrían que haber supuesto, solo en 2020, un impacto sobre la economía española equivalente al 2,7% de su Producto Interior Bruto (PIB). Sin embargo, los retrasos en su ejecución diluyeron las expectativas de impacto hasta situarlas en torno al 1,6% del PIB. En 2021, se hablaba de un 1,5%. Y en 2024, la tasa ha descendido hasta el 1,1%. “Constatamos que el ritmo de ejecución sigue retrasándose, sigue desviándose de los planes iniciales, y esto nos obliga a revisar continuamente las previsiones”, ha sintetizado este lunes Esther Gordo, directora de la división de análisis económico de la Airef (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal), en un avance de unos datos que se desglosarán en unos días.

Este organismo que se encarga de vigilar la sostenibilidad de las finanzas públicas ha sido uno de los participantes en una jornada organizada por el departamento de Economía, Hacienda, Promoción Económica y Turismo del Ayuntamiento de Barcelona para hacer balance del despliegue de estos fondos europeos en la ciudad.

En este sentido, Gordo ha encomiado el trabajo de esta capital (que representa una cuarta parte de las formalizaciones de licitaciones de la comunidad) y de Catalunya en general, por sus “grandes esfuerzos de gestión y transparencia”, especialmente siendo la segunda autonomía a la que más fondos se han asignado.

El problema es que, en general, se va mucho más lento de lo que se esperaba. Por ejemplo, si bien al poner en marcha la ayuda se calculaba que en 2026 esta estaría completamente repartida, ahora la Airef ve más cauto situar esa meta en 2029. De ahí que año a año el impacto previsto sobre la economía sea menor.

En cualquier caso, otro de los mensajes que ha remarcado una y otra vez Gordo es que no se duda de que la ejecución se va a completar. De hecho, de su discurso se deduce que este retraso era más que previsible, dada la magnitud de la ayuda, la rapidez con la que se tenía que desplegar o los distintos tipos de ayuda que combina, entre otras cuestiones. “Esperamos que con la experiencia ganada hasta ahora y una vez superadas las inevitables barreras iniciales para poner en marcha el plan, se vaya ganando tracción”, ha confiado la directiva de la Airef, ejerciendo como portavoz de la presidenta del organismo, Cristina Herrero, que no ha podido asistir al acto al reunirse esta mañana el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF).

Falta de preparación en las empresas

También la analista económica de la Representación de la Comisión Europea en España, Anna Armengol, se ha decantado por una lectura optimista. “Esto no es más que un efecto del decalaje que implica llevar a la práctica estas reformas y ver como esos objetivos concretos acaban resonando en la economía”, ha opinado esta portavoz, respecto a la corrección a la baja de las previsiones de impacto sobre el PIB, en una mesa redonda en la que han participado también la secretaria general de fondos Europeos del Ministerio de Hacienda, Mercedes Caballero, el secretario de Asuntos Económicos y Fondos Europeos, Miquel Puig, la diputada de la Diputación de Barcelona y alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet, Núria Parlon o la representante de la Cambra de Comerç de Barcelona, Marta Angerri.

Esta última experta ha sumado al análisis dos factores. Uno, que las empresas no estaban del todo preparadas para lidiar con una ayuda de semejante envergadura. Dos, que ha costado entender que estos fondos no lo pagaban todo. “A la administración le ha costado mucho empezar a desembolsar los recursos”, ha coincidido esta directiva, antes de darle la vuelta a la moneda.

“Las empresas necesitaban tener el proyecto preparado, no valía pensar que estos fondos venían a solucionarte problemas, y muchas empresas no estaban listas”, ha lanzado Angerri. “Es muy pertinente y muy de justicia decirlo: la lógica de los fondos europeos no es una lógica que se entienda fácilmente en el mundo empresarial, porque tiendes a pensar que estos recursos están a tu disposición para operar en lo que necesites, cuando estos fondos están orientados a transformar la industria sobre todo en el eje verde y el digital”, ha concluido, lanzando aún una última petición: "Las empresas necesitan más tiempo".