La teleco con la mitad de la plantilla formada por deportistas de élite

En una muestra de cuán caprichosa puede ser la casualidad, el exjugador de hockey sobre hierba Kiko Fábregas llegó a vivir lo que es ganar una medalla de plata en unos Juegos Olímpicos gracias a que un empresario leyera un día el periódico. Aquel joven deportista, ingeniero industrial de carrera, tenía 27 años y no había trabajado de otra cosa que no fuera monitor de hockey. Había intentado varias veces probar suerte en alguna consultora, pero nunca llegaba al final del proceso por lo compleja que era su situación personal: necesitaba unos tres meses cada año para competir.

"Estos deportes van mucho por ciclos olímpicos, los Juegos son tu máximo y, cuando terminan, toca plantearse si tiras cuatro años más para llegar a los siguientes o no", contextualiza el propio Fábregas 20 años después de enfrentarse él mismo a esa misma disyuntiva. Haber perdido la medalla de bronce por el gol de oro (una fórmula de desempate) le hacía desear con todo su corazón competir en los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008, pero plantarse a los 31 años sin apenas ingresos y carrera le parecía estirar demasiado el chicle.

Así que decidió hacer público el dilema en una entrevista en un diario. Entrevista que leyó un empresario de Madrid, que le ofreció contratarlo como comercial de ascensores. Y Fábregas llegó a Pekín. Y el equipo de hockey sobre hierba de España se llevó la plata. Y, ahora, dos décadas después, convertido en director general de una empresa de telecomunicaciones, el deportista ha decidido retomar esta especie de cadena de favores.

Dos brazos

"Yo había vivido en mis carnes lo difícil que es compatibilizar el deporte y el mundo profesional -recuerda-. Cuando empezamos a necesitar a gente en Call2World, le plantee a Manuel [Garriga, consejero delegado] la posibilidad de contratar estos perfiles".

Call2World es una empresa de telecomunicaciones que fundó Garriga a finales de 2013 tras 15 años en el sector y que respondía a lo que vio que faltaba en la industria. Al principio, el foco era ahorrar a las empresas gasto en roaming y evitar que los trabajadores tuvieran que utilizar dos teléfonos móviles distintos, pero poco a poco fue evolucionando hasta convertirse en un grupo con dos brazos. El primero, Unique, es un servicio de consultoría pensado para que las compañías puedan reducir su factura sin cambiar de operador. El segundo, Connectivity, es una operadora de telecomunicaciones que solo trabaja con proyectos de gran volumen: fibra para complejos de apartamentos vacacionales, tarjetas SIM para flotas de vehículos de alquiler...

En conjunto, es un grupo que facturó seis millones de euros en 2023 (sobre todo, de la segunda rama), que lleva tres años consecutivos doblando sus ingresos y que tiene el firme propósito de conseguirlo de nuevo este año. "El objetivo es crecer, es el mandato que tenemos de los socios", confiesa Fábregas, que se refiere tanto al propio Garriga, como a los inversores que han inyectado en total unos dos millones de euros en la empresa (Xavi Llansó, Timo Buetefisch, Dídac Lee…). "Alcanzar estos 12 millones de euros en un año es complicado orgánicamente, así que hemos empezado a hacer adquisiciones", explica el directivo. De momento, llevan dos compras en los últimos siete meses, pero para ellos lo ideal sería terminar 2024 con una tercera adquisición.

Valores consolidados

Eso, y seguir alimentando el crecimiento natural de su negocio. Tienen a favor que "las necesidades de conexión son cada vez mayores", asegura Fábregas. También, ser "buenos en explotar las oportunidades" que encuentran. Y, por supuesto, la particularidad de su plantilla, en un 50% formada por deportistas de élite.

"Este perfil tiene una serie de valores muy consolidados: el esfuerzo, trabajar por objetivos, si una cosa no sale bien levantarse al día siguiente e ir a por el siguiente objetivo, trabajar en equipo…", razona el director general de Call2World y principal instigador de un acuerdo de colaboración con el Centre d’Alt Rendiment (CAR) de Sant Cugat del Vallès (Barcelona) y el Consejo Superior de Deportes.

Así ha ocurrido que la jugadora de golf profesional Mireia Prat sea responsable también de proyectos internacionales, que el jugador de rugby Pol Pla se encargue de captar clientes y que los atletas Júlia Tackács y Artur Bossy sean gestores de cuentas.

"Somos una empresa de atención al cliente y comercializadora, no hacen falta conocimientos muy profundos: lo que hacemos es fácil de aprender", concluye Fábregas, quien ha logrado que, de una plantilla de 25 personas en total, 12 sean deportistas de élite. "Muchas veces empezamos las reuniones de los lunes preguntando cómo le ha ido a cada uno su competición", confiesa, entre risas. "Es divertido saber que tu compañero ha estado jugando un preolímpico hace una semana", admite.