Seguirá subiendo hasta 2028

Francia eleva la ‘multa’ que cobra a España por guardar sus residuos nucleares hasta 85.200 euros cada día

El enorme retraso en la repatriación de los desechos radiactivos de la central de Vandellós I hace que la empresa pública Enresa acumule ya pagos de 200 millones como penalización.

El Gobierno español activa el plan para traer de vuelta los residuos en 2028 con los primeros contratos para hacer realidad el regreso. 

Piscina de almacenamiento de residuos nucleares en la planta de Orano en La Hague (Francia). /

Piscina de almacenamiento de residuos nucleares en la planta de Orano en La Hague (Francia). / / Orano

David Page

David Page

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España envío a Francia hace tres décadas residuos radiactivos procedentes de la central nuclear de Vandellós I (Tarragona), que echó el cierre de manera anticipada en 1989 tras sufrir el peor accidente nuclear de la historia del sector energético español por un incendio y una posterior inundación parcial. Los desechos radiactivos se mandaron al país vecino para ser tratados y guardados, con la idea de traerlos de vuelta. Pero ese regreso acumula ya muchos años de retraso y España paga una compensación millonaria por la demora.

La repatriación de los residuos inicialmente estaba prevista para 2010, luego se dejó para 2015, se aplazó de nuevo para mediados de 2017… Pero la basura nuclear de Vandellós sigue en Francia, y ahora el nuevo objetivo es tener los residuos de vuelta en 2028. Así que la sociedad pública Enresa, encargada de la gestión de los residuos nucleares españoles, va a tener que seguir pagando la ‘multa’ por la dilación al menos otros cuatro años más.

Enresa lleva siete años, desde el 1 de julio de 2017, pagando una sanción diaria (sí, diaria) a la compañía francesa Orano por no repatriar a España a tiempo los residuos de Vandellós, que se encuentran en La Hague, en la región de Normandía. España ya ha pagado en este tiempo unos 200 millones de euros por estas penalizaciones (187 millones hasta cierre de 2023 y en torno a 15 millones más este año. Los últimos datos facilitados públicamente por Enresa desvelan que la indemnización progresivamente creciente ascendía ya a casi 85.200 euros diarios en 2023 (esto es, unos 31 millones en todo el año).

Sanción de 330 millones

Madrid y París han tenido que ir ampliando y modificando esos contratos de custodia de los desechos por el retraso en la construcción de un almacén de residuos nucleares en España. Los continuos aplazamientos durante años en la construcción del almacén temporal centralizado (ATC) en Villar de Cañas (Cuenca) y ahora el carpetazo definitivo al proyecto han hecho imposible iniciar el regreso de los residuos en Francia.

Esos retrasos han hecho que España tenga que pagar penalizaciones millonarias por incumplir su parte y para ir ampliando el tiempo en que Francia guarda los residuos. Una penalización diaria cuyo importe se va actualizando al alza cada año. España empezó pagando 73.044 euros al día en 2017 y tras sucesivas subidas anuales la penalización escaló hasta los 85.195 euros diarios el año pasado, según se recoge en la última memoria anual de Enresa, que el grupo acaba de hacer pública.

En total, unos 200 millones acumulados en siete años, y que escalarán hasta entre 330 y 350 millones hasta 2028. La francesa Orano devolverá la gran mayoría de ese importe a Enresa una vez que concluyan los trabajos de transporte de los residuos a España. En el momento en que España repatríe los residuos radiactivos desde Francia, se reintegrarían gran parte de las penalizaciones abonadas. Como si se tratase de una suerte de fianza de garantía, la compañía nuclear francesa cobraría sólo por la labor de almacenamiento realizada durante años, y devolvería la sanción. Enresa reconoce que esos costes por almacenamiento que no se recuperarán ascendían a más de 11,5 millones hasta finales de 2023.

En marcha el plan de vuelta

Aunque con mucho retraso, la sociedad pública Enresa trabaja para cumplir el nuevo compromiso de repatriar los residuos dentro de cuatro años y guardarlos en un nuevo almacén temporal que estará ubicado en las inmediaciones de la propia central tarraconense, cuyo reactor está cubierto por un sarcófago de hormigón en estado de latencia hasta que comiencen los trabajos de desmantelamiento total de la planta la próxima década. Tras varias décadas almacenados en Vandellós, esos residuos finalmente serán trasladados al cementerio nuclear definitivo que está previsto que esté operativo en España en 2073.

El nuevo Plan General de Residuos Radiactivos (PGRR), aprobado el año pasado por el Gobierno de Pedro Sánchez, ordena la construcción del almacén temporal para Vandellós I con el objetivo de que esté operativo en 2027 y así iniciar la repatriación de los residuos desde Francia el año siguiente. Hace dos años, Enresa ya inició los trabajos para el diseño y todas las tramitaciones preceptivas para la construcción del almacén. Pero ahora el grupo público ha sellado el primer contrato que inicia el proceso para hacer posible de manera efectiva el traslado desde Francia de los residuos radiactivos, según adelantó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.

España ha contratado al grupo francés Orano (la antigua Areva) para realizar los servicios de ingeniería para la evaluación de la seguridad de almacenar los residuos en el nuevo silo de Vandellós I; para tramitar con las autoridades francesas y españolas la licencia para poder transportar desde Normandía hasta Tarragona los contenedores en que se guardan los desechos radiactivos; y para gestión de la vida útil de los contenedores en condiciones de almacenamiento. Enresa ha adjudicado el contrato en una licitación sin publicidad, ya que realmente sólo el grupo Orano podía encargarse de estas funciones al ser el propietario del diseño de los contenedores. El precio final que recibirá la compañía gala será de casi 3,4 millones de euros, según se recoge en la documentación oficial sobre el contrato