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La apuesta de Bondalti en España: 60 millones de inversión en Cantabria a la espera de la batalla por Ercros

La planta de Torrelavega celebra cinco años desde la llegada del grupo portugués cuyo negocio en España ya representa el 25% del EBITDA de la compañía

Imagen de la planta de Bondalti en Torrelavega (Cantabria)

Imagen de la planta de Bondalti en Torrelavega (Cantabria)

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Agua, sal y corriente eléctrica. Es la base de lo que después, Bondalti, en la fábrica de Torrelavega, transforma en 350.000 toneladas de productos químicos cada año. La electrólisis de una salmuera diluida al 25% es el pilar de una industria en cuyo corazón, 192 celdas en las que la concentración salina se enchufa a una corriente eléctrica de 15.000 amperios —en nuestras casa tenemos una potencia de unos 15 —, se produce ácido clorhídrico, cloro líquido e hipoclorito sódico. Son productos de los que salen cada día 50 camiones cisterna desde el complejo industrial cántabro y que, en la vida doméstica, se transforman entre otras cosas en la clave para tratar el agua de las piscinas, sirven para generar revestimientos de pinturas, son la base de abonos agrícolas e, incluso, están presentes en el vinilo de nuestro artista favorito.

"Torrelavega ha adquirido gran relevancia y ha contribuido a materializar un plan de expansión en España", explica Luis Delgado, director de operaciones de Bondalti y presidente de Bondalti Cantabria a un reducido grupo de periodistas en una planta que el grupo industrial portugués puso a funcionar hace cinco años. La fábrica de Bondalti en Cantabria es un proyecto que se empezó a fraguar en 2017, después de que la compañía adquiriera instalaciones industriales en el complejo de Barreda (Torrelavega) a Solvay, compañía química con la que hoy comparte espacio, y las sometiera a un profundo proceso de modernización.

"Con esta inversión en Cantabria nos convertimos en el principal productor del segmento cloro-álcali de la Península Ibérica. Este hecho claramente fortaleció nuestra posición en este sector y le dio mayor relevancia comercial, ya que asegura una mayor escala en nuestras operaciones", explica Delgado sobre una planta que hoy tras la integración de equipos de empresas del sector, el proyecto alcanzó su plan de negocio en tres años y ya es capaz de producir 50.000 toneladas de cloro al año. De esta forma, hoy, Bondalti Cantabria ya representa el 25% del ebitda de la compañía. En 2023, Bondalti obtuvo una cifra de negocio de 96,3 millones de euros y un beneficio de 50,5 millones de euros, cifras similares a las registradas en 2022 pese al descenso de los ingresos hasta 504 millones de euros.  

Puesta en marcha e integración

El inicio de las operaciones en Torrelavega estuvo marcado por el desafío principal de la pandemia, en 2020, un año después del inicio de sus operaciones. No obstante, la planta mantuvo su funcionamiento sin interrupciones. "Es más, el Gobierno nos nombró como compañía de actividad esencial y lógicamente, colaboramos con los ayuntamientos para repartir cloro en las tareas de desinfección", asegura Antonio Díaz, director de la planta de Bondalti en Torrelavega. A una pandemia global, se le sumó un problema técnico en la puesta en marcha de la planta, por lo que se tuvieron que desmantelar y volver a montar, en pleno Covid, algunas estructuras fundamentales de la fábrica. "La clave para salir adelante fue la integración y formación del equipo", explica Díaz.

El grupo industrial portugués impartió al equipo de Torrelavega ocho horas de formación diarias durante la fase pre inauguración de la planta, y acumula más de 5.500 horas de formación entre 2023 y 2024. Actualmente, Bondalti genera 44 puestos de trabajo directos y 150 indirectos en Cantabria. "Teníamos proveedores japoneses, tecnología alemana, la gente portuguesa de la matriz, y los propios equipos de Torrelavega", destaca sobre el proceso de integración de equipos, que también acogió a algunos de los trabajadores de la planta de Elnosa cuando esta cerró sus puertas. Así, hoy, la planta cántabra está totalmente controlada en remoto por dos personas que lideran el control de la fábrica. "Es un circuito cerrado en los que todo está completamente controlado en tiempo real. Además, disponemos de algoritmos de IA predictivos que nos permiten anticiparnos al deterioro de los materiales", añade Delgado.

Asimismo, el equipo de Bondalti Cantabria siempre ha querido tener un vínculo especial con el territorio. Gracias a la estrecha relación y colaboración con el Gobierno de Cantabria, Bondalti ha puesto a disposición por tercer año consecutivo materiales para la intervención en campo sobre animales heridos y la mejora de la cobertura de la Red de Seguimiento de la fauna silvestre. En el ámbito social, la compañía ha invertido en tecnología de vanguardia para personas con diversidad funcional de la mano de asociaciones sociales. Dentro de este marco, Bondalti ofrece equipamiento de última generación para facilitar y promover la comunicación de los niños con dificultades de expresión oral. 

Consumo de energía

Además, es importante destacar que el proceso de fabricación de Bondalti clasifica a la instalación de Torrelavega como una fábrica electrointensiva. Por esta razón, el aumento en los costes energéticos representó otro reto significativo, ya que el costo de la electricidad pasó de representar el 30-35% del costo de producción a un notable 55%. En este sentido, Bondalti produce hidrógeno a partir de métodos sostenibles sin emisiones directas de carbono utilizando la salmuera como materia prima.

La compañía busca así dar respuesta a la creciente demanda de productos más verdes y poder ser parte activa de la transición energética. Además, la planta de Torrelavega ya utiliza un 20% de energía renovable y tiene el compromiso de llegar al 100% en 2030. "Esta unidad seguirá los caminos de sostenibilidad que ha seguido hasta ahora, con la creciente incorporación de energías renovables en sus operaciones o jugando un papel relevante en nuevas cadenas de suministro de valor en el futuro donde estamos entrando, en el ámbito de la transición energética", afirma Delgado cuya compañía tiene suscritos varios acuerdos de PPA con varias compañías del sector.

"El problema en España es de encontrar unos terrenos para desarrollar una inversión en plantas que nos abastezcan de energías renovables, por lo que la tenemos que traer de fuera", asegura Delgado. La compañía, no obstante, participa actualmente en un total de 15 proyectos relacionados con el hidrógeno verde en Portugal y España, en los que prevé invertir 2.400 millones de euros hasta 2040.

Presencia en España

Bondalti, grupo industrial portugués con arraigo en España desde hace más de 20 años, cuenta con el respaldo financiero de un grupo familiar de primer nivel como Grupo José de Mello, con un legado histórico de más de 120 años, 1.255 millones de euros de facturación en 2022, 2.400 millones de euros en activos y más de 14.800 personas. 

No obstante, sus comienzos en España, fueron algo tortuosos al comprar a Ence su filial Elnosa, dedicada a la fabricación de cloro y que se ubicaba en Vigo (Pontevedra). Después de un proceso de litigios con las autoridades locales, la portuguesa decidió buscar en 2018 –año el que pasó de llamarse CUF a Bondalti- tierras más acogedoras e instaló la fábrica de cloro en Torrelavega (Cantabria), modernizando las antiguas instalaciones de Solvay.

En 2021, dio un paso significativo en España al adquirir Aguas Alfaro (AEMA), una empresa especializada en el tratamiento de aguas residuales, principalmente del sector agrícola, ubicada en Alfaro (La Rioja). Dentro de su división de tratamiento y reciclado de aguas, Bondalti Water está llevando a cabo un ambicioso proyecto agroindustrial en Navarra, el más grande de su tipo en el país. Este proyecto consiste en la instalación de un sistema híbrido que combina tecnología anaerobia y un biorreactor de membranas (MBR) en una planta comunitaria destinada al tratamiento de aguas de proceso industrial para un conjunto de empresas del sector agroalimentario.

¿El futuro pasa por Ercros?

La visita a las instalaciones de la fábrica de Torrelavega de Bondalti tuvo lugar días antes de que el grupo industrial italiano Esseco irrumpiera en la carrera por Ercros, compañía química catalana por la que Bondalti puja desde el pasado mes de marzo. De este modo, a la compañía perteneciente al honding del Grupo José de Mello le ha salido un duro competidor. Esseco, fabricante de cloro y otro productos químicos formulados a base de azufre, lanzó el viernes una oferta que valora Ercros en 351 millones de euros, un 6,6% por encima de los 329 millones que ofrece Bondalti. Dos ofertas remitidas al regulador de los mercados por una misma compañía.

Durante la visita y tras la contraopa, Bondalti no ha querido hacer declaraciones sobre si mejorará la oferta por su competidor y se remite a la información que remitieron a los mercados el día que lanzaron su opa. Bondalti se comprometía a mantener las sedes y el empleo donde opera Ercros. João de Mello, presidente de Bondalti, señalaba que "la oferta representa una propuesta financiera muy atractiva para los actuales accionistas; así como para la compañía en sí misma, que se beneficiará de la experiencia y la solidez financiera de un socio industrial como Bondalti".

Asimismo, destacaba el carácter industrial en el encaje de la oferta. "Se creará un grupo con la dimensión y capacidades técnicas necesariaspara competir con los principales actores del sector, aumentar la inversión en innovación continua y sostenibilidad y anticiparse a los desafíos que afronta la industria química europea".

No obstante, aún es pronto para determinar si el proceso de adquisición de Ercros podría derivar en una guerra de opas entre Esseco y Bondalti. No obstante, en la junta, los accionistas consideraron que las ofertas de Bondalti (329 millones) y Esseco (351 millones) son insuficientes. Víctor Manuel Rodríguez, abogado y principal accionista de la compañía, quien en esta junta representaba a ocho millones de títulos, recordó que los accionistas tienen la opción de votar en contra de ambas ofertas. 

Por su parte, el mismo día que Essentis lanzó su contraoferta por Ercros, la empresa dirigida por Antonio Zabalza celebraba su junta de accionistas en la que el propio presidente reconoció que el consejo, junto con sus asesores legales y financieros, está buscando más ofertas para intentar aumentar el precio de venta de la compañía. "Ustedes, los accionistas, tendrán la última palabra. Si desean vender, acepten la mejor oferta. Si no, no vendan", repitió en varias ocasiones.