Foro Mediterráneo

El cambio climático alienta el debate sobre el decrecimiento en el sector turístico

La subida de las temperaturas prolonga la temporada alta en el Mediterráneo, pero también incita a los visitantes a buscar nuevos destinos con mayor confort térmico

David Navarro

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Cuando las previsiones apuntan a que España volverá a batir un nuevo récord este año, con la llegada de más de 90 millones de visitantes, se hace necesaria la pregunta: ¿cuántos turistas caben en España? ¿Es necesario decrecer? ¿Cómo va a afectar la subida de las temperaturas a los flujos de viajeros?

Son algunas de las cuestiones que se han planteado durante la mesa dedicada a turismo y cambio climático del I Foro Economómico y Social del Mediterráneo, que se celebra hasta este jueves en Valencia. Una iniciativa de Prensa Ibérica, en colaboración con la Fundación la Caixa. 

Moderado por la directora de Diario de Mallorca, Marisa Goñi, tras el trabajo realizado en los últimos meses por un consejo de expertos, el debate ha servido para dejar clara la necesidad de adaptar uno de los sectores que más riqueza aporta al país -alrededor del 13% el PIB este año- a la nueva realidad. 

En este sentido, el director de la Fundación Impulsa, Toni Riera, no ha dudado en asegurar que el sector turístico se encuentra en un momento de "sobredemanda" y que la evolución presente y futura de este negocio no puede aislarse del fenómeno del cambio climático. "El confort térmico es relevante a la hora de tomar decisiones. Sabemos que a partir de 39 grados de confort térmico los turistas cambian sus decisiones, que, por ejemplo, si se alcanzan esos 39 grados en Cádiz, habría un desplazamiento de turistas hacia el Norte de España", ha señalado el también catedrático universitario.

También ha citado una encuesta realizada en Baleares que asegura que el 47,8% de los turistas estaría dispuesto a cambiar sus patrones de viaje por el cambio climático y que, por cada grado adicional a esos 39 grados, está dispuesto a gastar hasta 9,6 euros más en su viaje.

Los hoteles no lo notan

Frente a los estudios que alertan del posible desplazamiento del flujo de turistas a destinos menos cálidos, los hoteleros aseguran que no perciben ninguna fuga de clientes en temporada alta. "Al contrario, en caso de que hubiese una subida de temperaturas nos podría ayudar a desestacionalizar la demanda y poner en valor esos meses fuera de la temporada alta, como son la primavera y el otoño, donde ya estamos viendo mejores datos", ha señalado la vicepresidenta de la cadena benidormí Port Hotels, Ana Mayor. 

Además, ha inistido en que, más allá de las cuestiones climáticas, la demanda se ve afectada por todo un conjunto de factores que van desde la subida de las tarifas medias -este año se han encarecido un 10%- o el comportamiento de las aerolíneas. En cualquier caso, también ha dejado claro el compromiso del sector con la sostenibilidad y la descarbonización como una de las claves para su viabilidad futura. 

Ante esta sitaución ha sido el president del Consell d'Eivissa, Vicente Marí, quien ha tenido que responder a la pregunta de la moderadora sobre si la tecnología será suficiente para lograr esa sostenibilidad del sector o se hace necesario introducir el debate del decrecimiento. "Debemos decrecer, pero en oferta ilegal", ha asegurado el político, tras lamentar que "el intrusismo a gran escala ha hecho saltar el equilibrio social (en la isla) y ha derivado en una falta de vivienda y que el turismo sea percibido como algo negativo". 

Vicent Marí, presidente del Consejo Insular Eivissa: "La sostenibilidad en todos sus ámbitos es un gran reto, así que es muy necesario apostar por ella"

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Así, Marí ha explicado que en los últimos años Ibiza ha perdido 10.000 plazas de oferta reglada por la baja de hoteles o la modernización de establecimientos, que han reducido su capacidad en favor de más calidad, pero "la oferta ilegal se ha incrementado en una cifra mucho mayor". 

En esta misma línea, el presidente del Consell d'Eivissa también ha destacado la necesidad de reducir las emisiones, por lo que ha defendido la iniciativa que ha tomado la isla para regular la entrada de vehículos particulares, que se ha duplicado en cuatro años en los meses de temporada alta. 

Cuidar el mar

También la directora de proyectos de la Fundación Marilles, Sandra Espeja, se ha mostrado partidaria del decrecimiento, pero no solo en número de visitantes, también en "huella ecológica", para lo que ha considerado fundamental medir la "capacidad de carga" de los destinos.

Al respecto, Espeja también ha apuntado la necesidad de "invertir en cuidar el mar, porque sin él no existiría el sector turístico y porque es un sumidero de carbono para el planeta". En concreto, la fundación de la que forma parte plantea destinar el 1% de los presupuestos a mejorar este elemento, con plantes de protección y recuperación de especies vulnerables, de mejora de la calidad del agua o de pesca sostenible, entre otros aspectos. 

¿Reparar el paseo?

En el debate también se han puesto sobre la mesa algunas cuestiones difíciles con las que empiezan a toparse las administraciones ante los efectos de la subida de las temperaturas y del nivel del mar. "Si se rompe un paseo por efecto de las olas, ¿hay que repararlo o cambiar la línea de costa?", ha planteado la moderadora. Una pregunta a la que el president del Consell d'Eivissa ha respondido señalando que habrá que analizar caso por caso, y "en algunos habrá que reparar y en otros cambiar esa línea". 

Por su parte, Toni Riera ha insistido en que el 93,7% de los turistas está dispuesto a pagar hasta ocho euros más para eliminar su huella de carbono, según los estudios que maneja su fundación, y que en general, son los viajeros de más edad y las mujeres los más proclives a gastar más para viajar de manera más sostenible. "Habrá que dirigirse a este tipo de turista", ha señalado como vía de actuación. 

Por último, la vicepresidenta de Port Hotels ha recordado que, además de ambiental, la sostenibilidad debe ser "social y económica", y que hay que cuidar los tres pilares para volver a conectar con la población local y atajar los atisbos de turismofobia que se perciben en algunos destinos. "Tenemos el gran reto de volver a enamorar a nuestros vecinos y mostrar que el sector turístico es el gran motor que tira de la economía", ha defendido la hotelera benidormí.