Pensiones

Los jubilados que sigan trabajando podrían combinar el 100% de pensión y salario a los cinco años en activo

La jubilación parcial sigue separando a Gobierno y sindicatos y complica un acuerdo en el resto de materias

La hucha de las pensiones vuelve a superar los 7.000 millones de euros, su nivel más alto desde 2018

Archivo - Médicos realizan un transplante renal, foto de archivo

Archivo - Médicos realizan un transplante renal, foto de archivo / EUROPA PRESS/JUNTA DE ANDALUCÍA - Archivo

Gabriel Ubieto

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Los trabajadores que se jubilen pero quieran seguir trabajando e ingresando así también un salario podrán hacerlo y cobrar el 100% de su pensión a partir del quinto año en activo. Según la propuesta remitida este lunes por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones a patronal y sindicatos, los jubilados activos empezarían cobrando un 30% de pensión y su sueldo el primer año, para luego ir elevando ese porcentaje a medida que siguieran activos hasta alcanzar el 100% de pensión a los cinco años.

Esta nueva escala planteada recortaría los ingresos a los jubilados activos en los primeros compases, para aumentárselos a medida que se mantiene en activo, según explican fuentes conocedoras de las conversaciones. Actualmente desde el primer año y sin variaciones, un jubilado activo cobra el 50% de su pensión, más el salario. La nueva escala, no obstante, se vería complementada con la posibilidad, hasta ahora vetada, de cobrar los incentivos por la jubilación demorada, lo que elevaría la cuantía de la pensión. Hasta ahora la jubilación activa la ejercían prácticamente solo los autónomos y con profesionales liberales, como médicos, abogados o arquitectos.

El secretario de Seguridad Social, Borja Suárez, ha mantenido este lunes una nueva reunión con la patronal y los sindicatos para tratar de avanzar en un acuerdo sobre una nueva reforma de las pensiones. Si bien las partes han salido con mensajes optimistas y de acercamiento en varias materias, el principal escollo de las negociaciones, la jubilación parcial, sigue allí.

Estos nuevos cambios sobre el sistema público de pensiones buscan profundizar los realizados durante la pasada legislatura y que estuvieron encaminados a alargar la vida laboral de los españoles. No tanto por la vía coercitiva, como hizo Francia elevando la edad legal de jubilación, sino habilitando incentivos para ofrecer a aquellos profesionales que pudieran -por salud- y quisieran, siguieran trabajando pese a ya poder retirarse.

Ahora la ministra Saiz pretende una nueva batería de incentivos. Por un lado, su propuesta pasa por hacer más atractiva la jubilación activa, es decir, la posibilidad de un jubilado de seguir ejerciendo un oficio y cobrar parte de su pensión y el sueldo. Actualmente un pensionista activo puede cobrar la mitad de su pensión y todo su sueldo o el 100% de su pensión y su sueldo si tiene contratada a otra persona a su cargo.

El Gobierno ha planteado a patronal y sindicatos elevar ese porcentaje de compatibilidad a medida que el pensionista ejerce su jubilación activa. Empezaría en el 30% de pensión en el primer año y se iría elevando hasta el 50% al tercer año y al 100% en el quinto. Que el arranque sea con una cuantía menor que la actual genera recelos entre los sindicatos y rechazo entre la patronal.

Otra propuesta del Ejecutivo, en esa línea de alargar la vida laboral y cotizante de parte de los españoles, es anticipar los incentivos para la jubilación demorada. Es decir, no jubilarse y seguir trabajando, sino retrasar la jubilación. Tal como quedó establecido en la última reforma, por cada año que el empleado decidiera postergar su retiro cobraría un 4% adicional de pensión. Ahora, a partir del segundo año de demora, el trabajador recibiría un 2% adicional por cada seis meses demorados. Lo que permite alargar la carrera dos años y medio no tener que esperar hasta el tercero.

Ese sistema de incentivos a demorar la jubilación está surtiendo sus efectos. Si en 2022, un año antes de que entrarán en vigor, se jubilaron un total de 17.651 personas que venían de alargar su carrera profesional, en 2023 dicha cifra se elevó un 50%, hasta las 26.487 jubilaciones demoradas.

Encallados en la jubilación parcial

Pese a los distintos avances, el principal escollo sigue siendo la reforma de la jubilación parcial, que está bloqueando el acuerdo definitivo para todo el paquete legislativo. "Es una reivindicación a la que no podemos renunciar [...] Y hoy todavía desgraciadamente estamos muy lejos de cualquier propuesta que pudiera suponer un acuerdo", ha dejado claro la secretaria confederal de UGT, Patricia Ruiz, en declaraciones a los periodistas tras la reunión.

Los sindicatos ambicionan hacer transversal las condiciones de la jubilación parcial que rigen actualmente en la industria manufacturera. El Gobierno, no obstante, se opone a la posibilidad de compactar coeficientes de parcialidad para seguir con jornada completa y anticipar, de facto, la edad de jubilación. Ya que ello podría elevar el gasto para el erario público e iría en contra de los esfuerzos para alargar la vida laboral a través de incentivos. Fuentes sindicales consultadas afirman haber solicitado a la Seguridad Social el cálculo de qué impacto presupuestario tendría, sin haber recibido información como réplica.

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